Los residuos de herbicidas condicionan la comercialización

(Publicado en: La Gaceta Rural) Uno de los temas que más preocupa al sector citrícola es que la elección de los agroquímicos necesarios para el control de las malezas sea la adecuada, para garantizar la eficacia en el control y la inocuidad en la fruta y sus derivados, para una óptima comercialización. Los productos fitosanitarios a emplear, no sólo deben estar registrados en el país de aplicación, sino que su uso debe estar justificado en la etiqueta o recomendación comercial (Normas Global GAP) y autorizados en aquellos donde se encuentran los potenciales compradores de productos frescos o derivados (ISO 9001, dirigido a aumentar la satisfacción del cliente).

Para profundizar en ese aspecto, la ingeniera industrial Noelia Lescano, de Citrusvil, expuso sobre los residuos de herbicidas y su impacto en la comercialización.

Respecto a eso, remarcó que: “a la hora de elegir productos hay que tener en cuenta el mercado: si es el interno, se regirá solo con la legislación local; si la intención es exportar, se deberán considerar las restricciones existentes en los países compradores y notificar a los productores”. “Antes de recibir la fruta de los productores, realizamos varios análisis para determinar los residuos de pesticidas en fruta fresca, y también en aceite esencial. Como comercializadores, debemos asegurarnos de que en ningún caso los niveles de residuos de pesticidas autorizados encontrados superen el Límite Máximo de Residuos (LMR) establecido por las diferentes normativas (Códex, Unión Europea UE y Estados Unidos US) y que, por supuesto, no existan ni trazas de aquellos no permitidos”. “Existen casos en los cuales aparecen controversias o discusiones sobre algunos productos que si bien están autorizados, si el cliente no los acepta no podemos comercializar”, explicó Lescano. Tal es el caso del “diuron”, cuyo LMR está en observación para reducirlo a 0,01 ppm (10 veces menos de lo establecido por la UE y 50 veces menos de lo permitido por EEUU) lo cual dificultaría seriamente su uso.

“Resulta imprescindible coordinar en forma urgente, con los organismos oficiales (Senasa), mecanismos que nos permitan registrar activos que si bien están autorizados en otros países de producción citrícola, en nuestro país solo pueden ser usados en otros cultivos. De esta manera se evitarían problemas al certificar GlobalGAP, principal norma del mercado agrícola”, señaló la especialista.

Entre los activos que en la actualidad se encuentran registrados para citrus, mencionó al “glifosato”, “diuron”, “oxifluorfen” y “fluroxipir”. “El ‘paraquat’ y ‘bromacil’ son casos especiales: si bien están aprobados en nuestra legislación, muchos clientes no aceptan productos con residuos de los mismos, por lo que no los utilizamos. Diferente es la situación para activos como ‘glufosinato de amonio’, ‘cletodim’ o ‘haloxifop’, que si bien poseen registro en otros países productores y comercializadores, en la Argentina no están registrados, lo que impide su uso”.

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