Scandaliaris estima que la agroindustria del azúcar puede crecer en rendimiento y calidad del produc

(Fuente: La Gaceta) El presidente del comité organizador del XXX Congreso de la Issct (ente mundial de técnicos de la caña de azúcar) abre una puerta para que la actividad crezca y se perfeccione.

El sábado 31 de agosto, dentro de 28 días, darán comienzo las diferentes disertaciones del XXX Congreso de la Sociedad Internacional de Tecnólogos de la Caña de Azúcar (Issct, por sus siglas en inglés) lo que nos generó el gran desafío, desde que fuimos elegidos en

2016 en Tailandia, de organizar este gran encuentro en el que técnicos, empresarios, funcionarios y cañeros de todo el país y de varias naciones del planeta, tendrán la posibilidad de dar a conocer todo sus conocimientos para el bien de esta notable agroindustria, señaló el presidente del comité organizador, Jorge Scandaliaris.

Desde la Issct, cuyo propósito es promover avances económicos y sustentables a nivel mundial en este sector y en sus comunidades vinculadas, a través de la difusión de investigaciones innovadoras, del desarrollo y adopción de tecnologías y mediante el intercambio de conocimientos entre sus miembros, que contribuyan a su desarrollo profesional, nos pusimos a trabajar un gran número de personas e instituciones para tener todo listo desde el primer día del congreso.

Sin duda, y como su lema lo dice “Growing Energy – the next page”, “vemos un venturoso horizonte que se abre para las producciones sucroenergéticas, sobre todo por su potencial aporte para mitigar el cambio climático, mediante la oferta de energías limpias y sustentables que satisfagan eficientemente al transporte, la generación eléctrica y el uso industrial y residencial”.

Historia

Este evento es una puerta de acceso y una oportunidad que tiene la agroindustria de la caña de azúcar para crecer y perfeccionarse, y a la historia me remito. El doctor obispo José E. Colombres instala en Tucumán, entre 1817-1819, lo que se considera el primer ingenio azucarero, y a partir de ahí se inicia la agroindustria del azúcar. Antes, la caña había sido cultivada por los jesuitas para consumo doméstico.

La llegada del ferrocarril en el año 1876, significó una reducción importante del flete del azúcar y facilitó el transporte de modernas maquinarias, iniciándose una etapa de fuerte expansión de la actividad azucarera, transformando a Tucumán en un polo de significativo desarrollo y trascendencia para el Noroeste Argentino y el país. Alrededor de los ingenios crecieron pueblos y ciudades, con un dinamismo que determinó que Tucumán se constituyera en una de las provincias más pujantes y densamente pobladas de Argentina.

A través de los años, en el siglo XX hubo crecimientos y crisis, de manera intercalada, que dieron mucho brío a esta actividad, siglo en el que se destaca al comienzo la creación de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y su gran aporte de tecnología, llevado a cabo durante 110 años y la gran crisis de los años ‘60, cuando se cerró una importante cantidad de ingenios azucareros. Actualmente, la superficie cultivada es de alrededor de 275.000 hectáreas, lo que representa la mitad del área agrícola provincial.

En los últimos años, “la actividad incorporó tecnologías y concretó mejoras de eficiencia y reducción de costos. Mediante inversiones de infraestructura y equipamientos en el campo se alcanzó la modernización de una gran parte del área cañera, lo que derivó en mejoras de la productividad y rentabilidad del cultivo”

 

Las acciones desarrolladas por el sector azucarero han significado avances en el sistema productivo, que le permiten competir en un mercado cada día más exigente en precios y calidad. “La agroindustria de la caña de azúcar no solo creció en términos de productividad, sino que en los últimos años se realizaron inversiones que sirvieron para atender otros mercados diferentes al del azúcar y que son importantes para Tucumán y el país”.

 

Para sostener el crecimiento de la producción de caña de azúcar con destino a la elaboración de azúcar y de alcohol, cogeneración de energía eléctrica y otros derivados como el papel, “la Estación Obispo Colombres ha intensificado esfuerzos en materia de investigación, para generar las tecnologías que permitan solucionar los principales problemas de la producción agroindustrial a través de la innovación tecnológica”.

 

Todavía hay mucho por hacer, y en el mundo los ejemplos de eficiencia productiva sucroalcoholera son muchísimos, y en este sentido se puede decir que la actividad regional y nacional tienen mucho para crecer. En este sentido, “la Eeaoc estima que hay margen para seguir creciendo, incorporando tecnologías ya disponibles, que permitirán en los próximos años concretar metas más exigentes, tanto para alcanzar elevados rendimientos como en lo relativo a la mejora de la calidad del producto”.

 

En este sentido, “el desarrollo del próximo congreso nos permitirá abrir las puertas a un mejor futuro si realmente nos ponemos a trabajar todos juntos a largo plazo”, sobre una gran cantidad de “objetivos a mejorar relacionados sobre todo a la generación de energías renovables, que hoy tiene una gran demanda en crecimiento, y que para un futuro cercano será cada vez más demandada”.


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