(Suplemento Rural/La Gaceta) Durante la campaña, la Sección Zoología Agrícola llevó a cabo ensayos para evaluar alternativas para el manejo de las principales plagas de la soja. Durante el taller se dieron los siguientes resultados:
A) Control de la “oruga bolillera” (Helicoverpa gelotopoeon): Se evaluó el control ejercido por insecticidas en las primeras etapas de desarrollo del cultivo (V4). Se evaluó un organofosforado, la mezcla de éste con un piretroide, un inhibidor de la síntesis de quitina más un organofosforado, un carbamato y una diamida antranílica. Todas las alternativas manifestaron un control aceptable sobre esta plaga (hasta los 7 días después de aplicadas). En las etapas vegetativas, la ovoposición sobre los brotes tiernos fue un factor que limitó la persistencia o residualidad de control. B) Complejo de “orugas defoliadoras”: se analizó el comportamiento de Rachiplusia nu y Psedoplusia includens. Se evaluó un organofosforado más un piretroide, un inhibidor de la síntesis de quitina más un organofosforado y dos diamidas antranílicas. El organofosforado más el piretroide obtuvo un control bajo sobre P. includens. Se recomienda tener en cuenta el tipo de producto, para lograr un manejo eficiente de esta plaga.
C) Comportamiento de Rhyssomatus subtilis en soja, poroto y maíz. La “soja” es el principal hospedero de este picudo, estados inmaduros en vainas (huevos y/o larvas) y larvas hibernates en suelo. En “poroto”, R. subtilis ocasionó daños de magnitud en etapas vegetativas, disminuyendo su incidencia en la fase reproductiva, sobre vainas. El “maíz” no actuaría como hospedero de este picudo, siendo una alternativa válida en la implementación de un esquema de rotación para el manejo de este picudo.