Las patologías foliares exigen monitoreos permanentes

(Suplemento Rural/La Gaceta) Es importante que productores y técnicos se mantengan en alerta, ya que las patologías foliares de la soja seguirán siendo factores a considerar en las próximas campañas. Debe continuarse con las labores de monitoreo y tener contemplada la aplicación oportuna de fungicidas; esta estrategia es la más efectiva para manejar las enfermedades foliares, bajo los esquemas de producción que se siguen en los lotes comerciales. Así lo señala un informe de la Sección Fitopatología de la EEAOC. Este informe se realiza con un monitoreo y prospección de las enfermedades que afectan ese cultivo en Tucumán y zonas de influencia. Se presta especial atención a las enfermedades fúngicas o bacterianas que se manifiestan en tallos, hojas, vainas y semillas, durante los estadios reproductivos intermedios y avanzados de la soja, ya que provocan un anticipo en la maduración de las plantas y disminuciones en el rendimiento y la calidad de la semilla producida.

En la campaña se registraron condiciones ambientales desfavorables -bajo registro de lluvias, en especial-, que determinaron una menor incidencia de las enfermedades del cultivo de soja, particularmente de las que afectan el follaje. Esa escasez de precipitaciones, más las altas temperaturas, favoreció, en cambio, la presencia de Macrophomina phaseolina, causante de “podredumbre carbonosa”; los valores de incidencia alcanzaron el 10% en Tucumán y hasta el 30% en Mosconi (Salta).

El hongo Cercospora kikuchii ocasiona una enfermedad en la soja que se manifiesta de acuerdo a las diferentes etapas de la patogenia del hongo; la fase foliar, denominada “tizón de la hoja”, está incluida en el complejo denominado “enfermedades de fin de ciclo”.

En la semilla, por otra parte, ocasiona el “manchado púrpura” y su prevalencia incrementa con la ocurrencia de períodos lluviosos durante la maduración del cultivo.

El tizón de la hoja se presentó en la campaña con valores que oscilaron entre 2% y 8% de superficie foliar afectada; en las últimas campañas se habían registrado incrementos graduales en los valores de superficie foliar afectada, hasta alcanzar un 45% en 2010/2011. Los valores en lotes comerciales llegaron, en 2011/2012, hasta 25%, mientras que en los ensayos los cultivares evaluados de grupos cortos tuvieron hasta 20%; y los de grupos largos, hasta 30%.

Se detectó también una baja calidad sanitaria en granos, con un porcentaje de alta incidencia de patógenos de semillas tales como Fusarium spp, Diaporthe/Phomopsis, además de las semillas afectadas por Cercospora kikuchii.

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