Mario Devani (EEACO) reconoció que los resultados son malos. Hay lotes que producen 300 kg/ha, y otros 800, 1.000 y hasta 2.300. Antes de los 21 días de lluvia que se registraron durante abril pasado, sólo había un 25% de la superficie total de soja cosechada con magros rendimientos por los efectos de la sequía. Esta soja era de grupos de maduración cortos (GC) y las pérdidas rondaban entre el 55% y el 60%, con granos obtenidos de muy mala calidad. Por ende, hoy existen muy pocos lotes de semilla de grupos cortos que puedan ser utilizados como semilla en la campaña que viene, ya que -como dijimos- la calidad de grano es muy mala con porcentajes entre el 30% al 60% del total cosechado. (Fuente: La Gaceta/Rural) Después de esos 21 días en los cuales recomenzó la trilla, la situación empeoró aún más, por lo que la situación actual de la trilla de soja es muy mala, afirmó Mario Devani, jefe de la sección Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) de Tucumán.
Lo que quedó de lotes de grupos cortos la situación siguió empeorando, porque aumentaron las pérdidas por calidad debido al exceso de humedad. Por ello, realmente la situación de las plantaciones de grupos cortos es realmente lamentable, con pérdidas de calidad muchas veces superior al 60%.
“A la fecha, podemos decir que el avance de la cosecha de soja es superior al 50%, pero con resultados realmente malos”, afirmó Devani.
En lo referente a las sojas de grupo largo (GL) que hoy se cosecha, “los rendimientos son muy variables, debido a que las lluvias que acompañaron a los ciclos vegetativos y reproductivos fueron variables. Tal es así que dentro de un mismo lote se dieron lluvias variables y hoy los rindes son variables, obteniéndose diferentes rendimientos dentro del mismo lote”, describió Devani. “Tenemos casos que se cosecha en una punta 300 kilos y en otros lados del mismo lote 1.200 kg/ha”, citó como ejemplo.
Es por ello que, si vemos los datos que estamos obteniendo de la cosecha en la provincia y qué es lo que viene sucediendo, “hay muchos lotes que directamente no se cosecharon o no se cosecharán; hay datos de 300, 800, 1.000 kg/ha, y los mejores lotes de grupo largo hay algunos con rindes de hasta 2.300 kg/ha. Se percibe que “la tendencia es similar a lo que ocurrió con los GC y no se ve una mejoría en los rendimientos que se esperaban en las sojas de GL”, concluyó.
El evaluar lo que se viene observando a medida que avanza la trilla, podemos decir que la pérdida final de rendimientos es alrededor del 55% del total esperado o normal para Tucumán en años “normales”. Creo que se puede aventurar que “los rendimientos promedios finales que se pueden esperar para la trilla de soja no superen los 1.500 kg/ha, o sea que pueden ser 1.300 o 1.200 kg/ha”.
Calidad deficiente
Devani reconoció que “podemos ver que la mala calidad de grano en la cosecha está siendo una constante”, y si bien en los lotes de grupos largos se ve una cierta oportunidad de conseguir soja como semilla, no son muchos los lotes.
Es por ello que “el productor procura cosechar antes los mejores lotes, para ver la posibilidad de tener semilla, pero no se están consiguiendo buenos lotes para semilla”.
El productor va sacando la soja y “si tiene la certeza de que el verano que viene será como el pasado, el productor no debería sembrar un cultivo invernal”, consideró.
Análisis preciso
Devani opinó que cuando un suelo tiene humedad el productor siembra. Debe hacerse un análisis de costo muy preciso para saber qué sembrar. En trigo, “el productor sabe que está dando muy mala rentabilidad por el cierre de las exportaciones y que sólo puede ser una alternativa para aquellos productores propietarios de tierra, porque si arriendan están fuera del sistema; es prohibitivo hacer trigo”, evaluó.
Pero “los que tienen campos propios, en general, están volcándose a la siembra del garbanzo, que si bien es de altísimo costo, tiene una buena rentabilidad, siempre y cuando el precio no se deprima por una mayor oferta”, analizó.
Se estima que el aumento de la superficie a sembrar este invierno de “garbanzo” rondará el 25% con respeto al año pasado, no sólo en Tucumán sino en todo el NOA.
En “trigo” es difícil estimar cuánto se sembrará, pero se cree que será en aquellas zonas donde cayó más agua, con perfiles más llenos.
Los productores que decidieron sembrar este invierno, que no todo sea garbanzo o trigo, que planifiquen una siembra equilibrada de garbanzo, trigo y barbechos.
Debe quedar en claro que “hacer trigo en campo arrendado es impracticable”, y “hacerlo en campo propio es sólo cambiar la plata y lograr que el campo quede limpio para la campaña gruesa siguiente”.
“Si supiésemos cómo vendrá el verano, lo recomendable sería barbechar los lotes y esperar acumular más agua”, dejó como sugerencia.