La sequía que afectó los cañaverales exige la incorporación de tecnología.
El riego de la caña de azúcar pasó a ser una tecnología que no se la debe dejar de lado, sobre todo con los sistemas que existen, ya que permite no sólo mejorar la disponibilidad de agua en el suelo, sino aportar los nutrientes necesarios para el cultivo de la caña de azúcar. Además, esta tecnología permite agrandar la frontera agrícola para este importante cultivo que se realiza en Tucumán. (Fuente: La Gaceta/Suplemento Rural)
Estas son algunas de las conclusiones que surgieron en la pasada Reunión Técnica Nacional de la Caña de Azúcar que se desarrollo en la SRT y que fue organizada por la EEAOC y la Satca.
Basta conocer cuáles fueron los efectos de las condiciones de sequía presentados en la charla brindada por el ingeniero César Lamelas, que abarcó el período entre septiembre de 2011 y febrero de 2012, para señalar que “la necesidad de riego es urgente”.
Los buenos resultados que se obtuvieron con el “riego de asiento” después de la plantación de la caña, y el poco uso del riego en los cañaverales tucumanos, permite considerar que el uso de sistemas de riego tiene un gran potencial, sobre todo por la excelente respuesta que se tienen en sólo el 20% de la superficie regada en todas.
Pero también debe sumarse la gran respuesta que tuvieron los cañaverales al uso de la “fertirrigación nitrogenada con riego por goteo” y al excelente comportamiento fisiológico y nutricional que se vieron en diferentes experiencias tucumanas y sobre todo brasileñas.
Buenos resultados
Como conclusión, las disertaciones sobre riego que se escucharon en las charlas muestra que el uso del riego en sus diferentes formas es una materia pendiente en Tucumán, y que el crecimiento que puede llegar a tener es muy grande debido a los muy buenos resultados que se ven en las diferentes experiencias realizadas.