(Fuente: La Gaceta) Una capacitación para autoridades pone en duda el sistema de los “call center”, al no aumentar la productividad de los trabajadores.
Casos ficticios funcionan como disparadores de discusiones sobre cuáles son las decisiones apropiadas para resolver los problemas que plantean las urbes contemporáneas. Pero los expertos del Banco Mundial van más allá, y piden a los funcionarios, académicos, emprendedores y empresarios tucumanos que piensen en centros urbanos que no sólo “contienen” a sus habitantes nativos sino que seconvierten en faros que llaman la atención del mundo. Son las ciudades competitivas, que combinan el crecimiento económico con incrementos de la productividad y mejores empleos.
En el curso que se desarrolló en San Javier desde el jueves y hasta el sábado a la tarde, los especialistas Cristian Quijada, Erick Ramos Murillo y Diana del Olmo enfatizaron la necesidad de identificar los problemas, oportunidades y disyuntivas que presenta la coyuntura, y de buscar soluciones con los datos en la mano. Una consigna es luchar contra la presión de lo inmediato. Otra es fomentar el liderazgo generoso porque sólo puede construir ciudades competitivas quien es capaz de pensar más allá de su propio interés.
Según la experiencia de los investigadores del Banco Mundial, grupos de 10 o 20 líderes de distintas áreas y sectores bastan para producir las transformaciones que precisan lugares como el Gran San Miguel de Tucumán.
El tema central es definir en qué se quiere ser una referencia mundial dentro de 20 o 30 años y trabajar para ello en forma sostenida.
Al respecto, los capacitadores recordaron el ejemplo de San José (California, Estados Unidos) donde está Silicon Valley (polo tecnológico mundial), que empezó desde abajo.
Estos y otros conceptos aparecen una y otra vez en las sesiones a las que asisten, entre otros, Daniel Ploper, director de la Estación Experimental; Fabián Soria, decano de la Universidad Tecnológica; Luis Lobo Chaklián, Mario Véliz y Federico Romano Norri (h), funcionarios de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán; Pedro Omodeo, presidente de la Federación Económica de Tucumán (una de las entidades coorganizadoras del “retiro” en San Javier); Donatela Orsi, del Ministerio de la Producción de la Nación; Mariano Campero, intendente de Yerba Buena y Dirk Trotteyn, gerente general del Instituto de Desarrollo Productivo.
Además de charlas y simulaciones, los talleristas visitaron el edificio fallido de la Ciudad Universitaria, el Bosque de la Memoria y el balcón natural -escasamente señalizado- desde donde fueron esparcidas parte de las cenizas de Mercedes Sosa.
En ese escenario cubierto por la niebla baja característica de San Javier, los destinatarios de la capacitación sobre ciudades competitivas escucharon en silencio algunas estrofas de “Gracias a la vida”.
“Call center”
Si un intendente dispone de fondos para invertir, ¿conviene que los aplique para capacitar a trabajadores del sector de restaurantes o del de manufacturas ligeras? El problema surgió a partir de uno de los casos discutidos el jueves. Luego de un intercambio de ideas intenso, quedó claro que si no crece la industria de manufacturas, no crecerán los restaurantes. Por el contrario, el crecimiento de los restaurantes no acarrea incrementos para las manufacturas.
En esa disquisición, surgió el ejemplo del “call center”. Los capacitadores del Banco Mundial comentaron que este era un ejemplo del negocio que no aumenta la productividad de los trabajadores a mediano y largo plazo. Después de trabajar diez años en un “call center”, el teleoperador no ha adquirido ninguna herramienta que, a priori, le permita aspirar a algún tipo de crecimiento.
La otra cuestión que no admite discusión, en función de la experiencia del Banco Mundial, es la necesidad de tomar decisiones a partir de información confiable.
Ocurre que sin ese insumo objetivo, todas son opiniones y, por definición, todas las opiniones tienen la misma validez. Sucede también que los inversores foráneos definen sus pasos a partir de información porque no disponen de opiniones sobre los lugares que no conocen.
Los últimos datos disponibles muestran, por ejemplo, que el 10% de las ciudades más competitivas logró crear empleos a una tasa del 9,2% mientras que la ciudad promedio lo hizo al 1,9%. Una de las conclusiones de mayor impacto es que el 5% de las ciudades más importantes obtuvo tanta inversión extranjera directa como el 99% restante.