Resiembra tardía: cuando la revancha tiene sentido

(Fuente: Suplemento Rural Clarín)  Los excesos hídricos afectaron a muchos maíces de fecha óptima. Pero vale la pena volver a intentar.

Los potenciales de rendimiento de la soja y el maíz se recuperaron luego de que las condiciones climáticas mejoraran marcadamente en la zona núcleo respecto a cómo se inició la campaña.

La primavera empezó signada por las altas precipitaciones. Las siembras tempranas de maíz, es decir las de mayor potencial de rendimiento debido a la posibilidad de alcanzar el período crítico con las máximas radiaciones y temperaturas, en muchos casos fueron afectadas por temporales de excesivas precipitaciones, lo que provocó la pérdida de esos lotes. Más perjudicadas fueron las zonas bajas o lotes con influencia de la napa. También hubo lotes que estaban presupuestados y finalmente no se sembraron.

Si bien el maíz puede sobrevivir por un período de hasta cinco o seis días en condiciones de encharcamientos temporarios, sin pérdidas significativas de plantas, hay muchos maizales que estuvieron más de treinta días bajo el agua, con la evidente consecuencia de haber perdido la oportunidad de mayores rendimientos que aportan estas fechas.

Al normalizarse la condición de los lotes inundados, muchos productores de esta región muestran una clara intención a hacer maíz tardío. Uno de los motivos pasa por el mejor comportamiento del maíz contra la soja ante posibles anegamientos temporarios en el futuro.

La opción de diciembre como fecha de siembra en maíz para quienes no sembraron, en el sudeste cordobés, por causa de las inundaciones, es muy recomendable, ya que permitirá implantar el cultivo con buen piso y apuntar a un comportamiento estable. Además, permitirá hacer la recolección en un momento del año en el cual hay buen piso.

La otra estrategia, ante la pérdida parcial o completa de un lote de maíz sembrado, es pasar a soja o, en última instancia, resembrar la gramínea en una fecha tardía.

Es sabido que se producen fuertes pérdidas de rendimiento por retrasar la fecha de siembra de la soja. Sin embargo, en el año 2010, en la localidad de Monte Buey, se sembró un ensayo de fechas de siembra como parte de la red de CREA Sur de Sante Fe, con fecha 25 de noviembre. Al cosecharlo hubo rendimientos promedio de 4.600 kg/ha. Al presentar esta experiencia no se busca instalar la idea de que el atraso en la fecha de siembra no reduce el potencial, ya que está demostrado que los grupos 3 y 4 sembrados en los últimos diez días de octubre tienen el máximo potencial, sino más bien demostrar que en años atípicos hay que ser cuidadosos con algunas decisiones, entre ellas la implantación (lograr buenos nacimientos) y también en la elección de materiales con buen comportamiento sanitario, especialmente frente a enfermedades de fin de ciclo.

Por otra parte, la decisión de resembrar el maíz, considerando que haya quedado una parte de la población inicial de plantas, está influida, en gran medida, por el año climático. Es decir, no es lo mismo dejar un lote con un 30% de pérdidas de plantas por hectárea en un año húmedo que en un año seco.

También es importante considerar el híbrido elegido o la calidad del suelo. Si el material es elástico respecto a su adaptabilidad ante caídas en su densidad sin comprometer el rendimiento, habrá que considerar con más cuidado la decisión de resembrar.

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