(Fuente: www.lagaceta.com.ar) Los tucumanos, pero por sobre todo los citricultores, saben de los esfuerzos que se hicieron -tanto intelectuales como económicos- para poner a Tucumán en la cúspide mundial de la producción e industrialización de limones. Es mucho el esfuerzo y el tiempo invertido para llegar a este lugar de privilegio, donde hay que mantenerse para el beneficio de todos los habitantes que directa o indirectamente se benefician con esta actividad.
El desafío pasa hoy por mantener la provincia, la región y el país libre de la enfermedad de los citrus conocida como HLB (ex Greening) que ya está presente en Brasil desde 2004, y hasta la fecha los investigadores de todo el mundo no encontraron ninguna cura que pueda proteger las plantaciones citrícolas de la tierra.
Las proyecciones epidemiológicas que se advierten en México, Guatemala, Estados Unidos y Brasil por nombrar algunos países, nos hace pensar sobre una inminente posibilidad de que la afección, a pesar de los controles fitosanitarios que se están llevando a cabo en nuestro país, atraviese las fronteras y se manifieste en las plantaciones del territorio nacional.
Sin control, el HLB es una enfermedad devastadora. En Tucumán solamente, 10 millones de plantas de citrus, en más de 37.000 hectáreas, se hallan en peligro.
La bacteria causal de HLB, Candidatus Liberibacter spp., es transmitida por el insecto vector Diaphorina citri.
Es una bacteria persistente no propagativa (se reproduce dentro del insecto, pero no se transmite a otras generaciones). Al picar la planta el vector introduce la bacteria que pasa a circular por el floema y tapa los vasos floemáticos e impide la circulación de los nutrientes. Al cabo de un tiempo, la planta presenta decaimiento y poco desarrollo, hasta que finalmente muere. Una vez infectada, precisamente por acción del insecto vector, cada planta infectada se transforma en una fuente de contagio, poniendo en riesgo a la plantación entera.
El insecto y la hospedera
El insecto Diaphorina. citri, común en nuestra geografía, es un insecto de difícil control en plantaciones destinadas a la comercialización de frutos. Esto exige tener en cuenta otros recaudos y un intenso y estricto monitoreo de las fincas. Además, es común ver en casas de familia la planta hospedera diferente a los citrus que es la Murraya paniculata o mirto, por lo que su erradicación debe seguir siendo una constante en la provincia y para lo cual las autoridades fitosanitarias nacionales y provinciales están tomando cartas en el asunto.
Ahí no queda todo, ya que también se debe tener en cuenta otras recomendaciones que estipula el programa de prevención de esta enfermedad que son, entre las más importantes, el no ingresar al país en forma ilegal material de propagación de cítricos (yemas, injertos o plantines), no introducir en el campo material de propagación cítrica de origen desconocido, sóo usar plantas certificadas. Se debe revisar permanentemente los cultivos y ante la menor duda consultar a un técnico especializado del INTA, de la Eeaoc y del Senasa. Se debe controlar químicamente al insecto vector “chicharrita”, entre otras cosas.
Además, y durante esta semana se realizó en Tucumán, por parte del Senasa, con la colaboración de Afinoa, la ATC, la Eeaoc, el INTA y los gobiernos provinciales -además de la Gendarmería, en control de rutas- una capacitación del primer simulacro de aplicación de un plan de contingencia con el fin de optimizar los recursos, entrenar al personal y poner en estado de alerta a las diferentes instituciones que trabajan dentro de este sistema productivo. La idea de este simulacro propuesto por la autoridad fitosanitaria es lograr preparar a los estamentos involucrados en funciones específicas y actuar con eficacia si el evento HLB aparece en el país.
Las autoridades del Senasa quieren que el simulacro genere una situación similar si apareciera HLB y que se pueda actuar como corresponda, y que todos los involucrados estén preparados para cualquier evento que pudiese ocurrir al respecto del HLB en el país y la región.
La actividad toda se encuentra en la actualidad con un gran desafío y es el de enfrentar el acecho del HLB, por lo cual se supone que investigadores, técnicos, productores, agentes gubernamentales y trabajadores del sector y el público en general, actúen en forma coordinada y responsablemente.
No hay dudas que este tipo de capacitación y la divulgación permanente y constante de los peligros que puede generar el HLB deben llegar a todos por igual, desde el productor más eficiente hasta el técnico, como así también al ama de casa y a los chicos de las escuelas.