(Fuente: Clarín Rural) La entidad que agrupa a los semilleros manifestó su apoyo a la iniciativa que estable- ce un nuevo marco legal para el negocio.
La Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) manifestó esta semana su respaldo al proyecto de Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas consensuado entre el Gobierno y la mayor parte del sector agropecuario, para que reemplace a la ley 20.247, que data del año 1973 y que está actualmente vigente.
El proyecto apunta a establecer un nuevo marco jurídico integral para el sector, y a proteger la propiedad intelectual de los desarrollos genéticos que llevan a cabo los semilleros, para que puedan cobrar regalías por ellos.
Para la elaboración del texto de la nueva ley, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca convocó a distintos actores que conformaron una mesa de trabajo que se reunió entre julio y septiembre de este año, que debatió los 53 artículos que hacen a la actualización de la vieja ley.
Entre los participantes estuvieron conocidas cámaras como ACTA, la propia ASA, y ARPOV; prestigiosas asociaciones técnicas como Aapresid y Aacrea, las cuatro entidades gremiales del agro y las cuatro asociaciones de cadenas de cultivos, además de dos entidades de multiplicadores (Fedai y Casem) y dos cooperativas (ACA y AFA).
La mayor parte de los participantes manifestaron su acuerdo, pero aun hay resistencias de algunas entidades del agro, como FAA, sobre todo en el resguardo del derecho de uso propio en especies autógamas, como soja y trigo.
Más allá de eso, tanto el presidente de ASA, Alfredo Paseyro, como el director ejecutivo, Miguel Rapela, explicaron por qué la asociación respalda el proyecto.
Los dos ejecutivos hicieron hincapié en tres causas principales: la necesidad de tener mejor tecnología para abastecer la mayor demanda global de alimentos, la consecuente obligación de aumentar la producción nacional de granos y la importancia de regular el uso propio de semillas.
Rapela comentó los desafíos tecnológicos que implica aumentar la producción en la misma superficie cultivada, además de las sofisticadas técnicas de mejoramiento que se usan para el desarrollo de la nueva genética. Todo eso -indicó- requiere un marco regulatorio diferente.
A su turno, Paseyro dijo que “de reglamentarse esta nueva ley que reconoce la propiedad intelectual, nuestro país se colocaría en una posición de liderazgo a nivel regional”.
Destacó también que “es un proyecto pensado para nuestra situación local, en la que los principales beneficiados son los productores, ya que ellos podrán acceder a mejor tecnología mejorando la renta, independientemente de la escala, a la vez que se dinamizará la industria semillera, ya que se les reconocerá la propiedad intelectual de sus desarrollos”.
La iniciativa podría allanar el camino para la llegada de nuevos materiales para distintos cultivos, que se están desarrollando aquí y en otras partes del mundo, que brindarían mayores opciones tecnológicas y de manejo a los agricultores argentinos.