Joe Vertin es el líder del desarrollo de la tecnología de control de malezas Enlist de Dow AgroSciences, que agregará a los cultivos tolerancia al herbicida 2,4D y a glufosinato de amonio. El experto conoce a fondo lo que pasa en EE.UU. y en la Argentina con una cuestión muy preocupante: las malezas resistentes. (Fuente: Clarín Rural)
“Aquí, en Estados Unidos, es un problema fuerte, que se expande de sur a norte y lo mismo pasa en Brasil”, detalla. Y agrega que esta tecnología “llega en un buen momento, tras la fuerte presión de selección que generó utilizar un solo modo de acción”, el glifosato.
“Creemos que en algunas regiones de la Argentina el mayor desafío productivo hoy es el control de malezas y que la sequía colaboró para profundizar la situación”, agregó Alejandro Nougués, gerente de Marketing de semillas de Dow Agrosciences para el Cono Sur.
Vertin mostró cómo se viene incrementando fuerte la cantidad de glifosato que se usa por hectárea en EE.UU. desde 2006 y juzgó que eso tiene directa relación con la expansión de las malezas resistentes.
“Enlist es un sistema que tiene tolerancia a 2,4D, pero lo vamos a estar estaqueando con glufosinato de amonio, además de glifosato, porque queremos mantener el sistema que se basa en este herbicida”, explica Vertin.
El nuevo 2,4D será más hábil para llegar al blanco que sus versiones anteriores -sostuvo el ejecutivo- y permitirá reducir el lapso de tiempo que debe haber entre su aplicación y la siembra del cultivo.
Además, sostienen en la compañía que incluirá un producto en su formulación que mejorará mucho la deriva durante la aplicación.
Como requerimiento para poder encaminarse en esta senda, las personas deben desarrollar una mayor capacidad para entender lo que pasa en el mundo. “Desarrollo sustentable es desarrollo creciente en el tiempo. Implica un bienestar más amplio, sin fronteras. Para la sociedad en su conjunto y para cada uno de sus integrantes. Usualmente el desarrollo sustentable se elabora pensando en el equilibrio de lo económico, social y ambiental. Es una idea que heredamos del paradigma de la sociedad industrial”, destacó el empresario.
Para Grobocopatel, existe otro aspecto relevante, en el que se involucra a los gobiernos. “Entender la sustentabilidad en términos de límites. Deberíamos poder definir entre todos los actores de la cadena, en forma integrada, cuáles son las normas. El Estado solo no lo puede hacer; es una construcción conjunta de la sociedad civil”, concluyó.
Desde otro espacio, como es el académico, Fernando Vilella se refirió a la creciente demanda de alimentos a nivel global y el incremento en el consumo de proteínas en países asiáticos, que determina y modifica los niveles de exigencia para países como Argentina, que son productores y exportadores de alimentos. Esta situación macro, más una mirada a lo que ocurre a nivel interno, es lo que lleva a planteos nuevos en cuanto a la sustentabilidad como concepto.
“La demanda de alimentos por habitante en el país es actualmente el doble de cuando era considerado el granero del mundo. Esto hace que pensemos si lo relevante es cómo estamos o cómo debiéramos estar. El aumento de productividad es el único camino. El conocimiento es lo que nos posibilitará generar sistemas sustentables, que son herramientas fundamentales para poder avanzar. Si no contamos con un buen sistema educativo, que capacite a quienes estarán desde los segmentos más simples del trabajo agroindustrial hasta al más calificado, no estaremos en condiciones de competir eficientemente en este nuevo mundo, que cuenta con gran cantidad de mano de obra barata y calificada”, dijo el co-director del Programa de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Tanto para Grobocopatel como para Vilella, con miradas desde diferentes espacios del segmento agroindustrial, el desarrollo sustentable se encuentra ante nuevos paradigmas y desafíos. Y habrá que conocerlos y enfrentarlos.