El negocio de la soja está dejando de ser interesante para varias zonas del país y los parámetros que generalmente se toman para esta afirmación es que las intenciones de siembra son cada vez menores, debido a todo lo que acontece sobre política agropecuaria nacional, retenciones, altos costos de combustibles, de arrendamientos y de insumos varios. En otros casos, la aparición de otra alternativa más rentable que, en nuestro caso, es la caña de azúcar. Según los últimos estudios realizados por la sección Sensores Remotos de la EEAOC, se indica que la soja en nuestra provincia disminuyó un 9% con respeto a la campaña de 2010/2011 y del maíz un 17% referenciado a igual período. (Fuente: La Gaceta/Rural)Lo real es que se plantó más caña en zonas que durante muchos años de buenos precios y rentabilidades de la oleaginosa se hizo soja y que hoy se ven nuevas plantaciones de caña de azúcar.
Realmente la tendencia que se está viendo en el país y en la provincia contrasta con la información publicada el miércoles en todos los medios informativos del país y en LA GACETA, que la soja había cerrado a uno de los valores más altos de los últimos tiempos, ya que en el Mercado de Chicago se negoció a casi U$S 577, con lo que se acercó al tope histórico de U$S 609,22 registrado el 3 de julio de 2008.
Esta suba se dio por el nuevo informe del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) respecto de la evolución de los cultivos, en el que se destaca los inconvenientes que registran los distintos granos a causa de la falta de lluvia y altas temperaturas vigentes en el país del Norte, que recortan la proyección de producción.
Hay que tener cuidado con este dato, ya que la futura caída de la producción también es empujada hacia abajo por lo que pasó con la soja argentina que perdió cerca de 9 millones de toneladas en relación a la campaña pasada, en la que la falta de las lluvias fue unos de los detonantes.
Parámetros y arriendo
Además se suma que la suba que se está dando ahora en el mercado no servirá de mucho para el productor en general, que ya vendió gran parte, y en algunos casos toda, su producción. A nivel exportador a esta fecha del año pasado se había exportado en el país sólo el 26% y actualmente ese valor subió al 37%. Como se comenta en el sector, si no se mejoran ciertos parámetros la tendencia será a buscar otra alternativa más rentable, sobre todo en zonas marginales. Aún no aparece y lo que sucede en Tucumán es solo regional y se da por las excelentes perspectivas en la producción azucarera y alcoholera nacional, pero sobre todo mundial.
Además las alternativas estivales como el maíz o el poroto, también golpeadas en Tucumán por la sequía, o invernales como el trigo y el garbanzo, no logran concretarse por los problemas comerciales que todavía tienen, refiriéndonos al maíz y al trigo, por las actuales restricciones a las exportaciones.
Esa es la tendencia, ya que también se observa que el productor de granos, que generalmente anticipa el arriendo de tierras para la campaña que se viene, espera ver que sucederá en el futuro y busca la forma de rediseñar sus planteos de siembras y seguramente no piensa en incrementar su producción, sobre todo si las tierras deben ser alquiladas.
Esto se ve sobre todo en aquellos grandes productores o “pooles” de siembra que buscan estrategias de arriendo y la forma de sembrar en sociedad con otros productores para acotar riesgos.
Se puede oír hablar a mucha gente que sabe de estos temas que los grandes productores buscan la forma de reducir al máximo los riesgos de inversión en siembras de soja y maíz a pesar que actualmente es uno de los mejores momentos históricos de perspectivas de precios agrícolas, pero lo que palpa el productor a nivel país no es bueno y busca la manera, lamentablemente, de acotar el riesgo. Muchos productores reducen su área de inversión en el país y buscan otras fronteras en países limítrofes como Uruguay, Paraguay, Brasil e incluso Colombia.
De continuar en este camino lo que se logrará es que el productor chico, de escala menor tienda a desaparecer y hacer que solamente el grande sobreviva.
Para producir a largo plazo se necesitan herramientas básicas como el acceso a la tecnología, a mercados demandantes y a rentabilidades que fluctúen dentro de parámetros normales, y que sean solamente influenciadas por la oferta y la demanda y no por situaciones que nada tienen que ver con el mercado de granos.