Detectan una nueva maleza resistente

(Fuente: La Gaceta Rural, EEAOC) Se trata de “nabos” (Raphanus sativus) con un biotipo de nabo o nabón resistente a herbicidas inhibidores de la enzima ALS en la localidad de La Ramada (Burruyacu). Recomiendan a los productores evaluar las poblaciones de esta especie en los barbechos y antes de la trilla de los cultivos invernales que tengan en desarrollo en sus campos.

La problemática de las malezas resistentes es hoy uno de los temas que más se discuten y, a la vez, se buscan las alternativas de solución en todos los eventos técnicos relacionados con esta temática que se realizan en diferentes partes del país.

El uso permanente y mal realizado del glifosato produjo en el individuo “controlado” busque la forma de ir adaptándose a un ataque permanente y logró, después de cierto tiempo, generar tolerancia o resistencia a dicho herbicida.

Esto hizo que se produzca la pérdida del glifosato como herramienta de enorme flexibilidad contra las malezas, lo que obliga a regresar a manejos más precisos, en los que recobra importancia el factor tiempo: para ser eficiente un herbicida debe emplearse dentro de una determinada ‘ventana de aplicación’ (momento adecuado).

Días pasados, en este Suplemento Rural se publicó interesantes artículos sobre las disertaciones realizadas por prestigiosos especialistas, en una jornada organizada por la Estación Experimental Obispo Colombres (Eeaoc), donde productores y técnicos pudieron evaluar la situación actual por la que transita la actividad, en cuanto a la problemática de las malezas, y que conozcan qué es lo que se viene haciendo desde las diferentes instituciones de investigación y las empresas de agroquímicos para enfrentar esta realidad.

Lo cierto es que la resistencia obliga a trabajar con herbicidas alternativos, sumándolos al glifosato o usándolos en reemplazo de este.

Los productores deben trabajar para la siguiente campaña, atento al momento en que emergen las malezas. Este factor constituye uno de los principales inconvenientes debido a la variabilidad climática que venimos experimentando, ya que las primeras camadas pueden aparecer en octubre, noviembre o diciembre, según la cantidad de lluvias que, normalmente, disparan la germinación de esas especies.

La aplicación de un barbecho con glifosato afecta al biotipo resistente hasta cierto punto, pero éste no manifiesta los síntomas típicos y produce rebrotes de manera rápida. Esos rebrotes, libres ya de cualquier competencia de otra maleza, experimentan un crecimiento explosivo.

Año tras año, nuevos biotipos de malezas resistentes van apareciendo en el país y en estos días, la institución de investigación tucumana confirmó la aparición de una nueva maleza resistentes a herbicidas. Se trata de la detección de “nabos” (Raphanus sativus) con un biotipo de “nabo” o “nabón resistente a herbicidas inhibidores de la enzima ALS” en la localidad de La Ramada (departamento Burruyacu) y recomiendan a los productores evaluar las poblaciones de esta especie, en los barbechos y antes de la trilla de cultivos invernales.

 

Dicha resistencia en esa especie fue confirmada en el año 2008 en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. El año pasado se observaron escapes de esta maleza en lotes comerciales de garbanzo aplicados con “flumetsulam” y a partir de estudios específicos de dosis-respuesta, se logró confirmar que el mismo presenta resistencia cruzada a los herbicidas “imazetapir”, “flumetsulam” y “metsulfuron”.

 

Los herbicidas que inhiben la enzima ALS son muy utilizados para el manejo de malezas invernales en pre y post-emergencia de los cultivos para esa época (trigo, garbanzo, cártamo), y también para mantener limpio los barbechos cuando se decide no sembrar y esperar la llegada de la estación húmeda. La dispersión de este biotipo afectará la producción de cultivos que no tienen otras alternativas químicas selectivas para su control.

 

El “flumetsulam” es el único herbicida que controla al “nabo” en post-emergencia del cultivo de garbanzo, pero será ineficiente ante poblaciones de este biotipo, manifestó Luciano Devani, técnico de la Sección Malezas. Posiblemente ese sea el caso más preocupante para el año próximo, lo que requiere evaluar ahora las poblaciones de esta especie. Si habiéndose utilizado en esta campaña herbicidas que actúan mediante el citado modo de acción (metsulfuron, clorsulfurón, clorimuron, iodosulfuron, flumetsulam, imazetapir, etc.) se observan poblaciones numerosas de “nabos”, se debe comenzar a suponer la posibilidad que posean esta resistencia. Es por ello que la Eeaoc solicita a los productores que si la detectan se comuniquen con la sección Malezas.

 

Lo cierto es que la campaña de trigo se acaba, vienen las lluvias y los preparativos para la gruesa son inminentes. Por ello, es necesario reflotar un comentario del investigador malezólogo Ignacio Olea: “el futuro es promisorio porque se espera la llegada de nuevos productos selectivos para soja y maíz”, pero a la vez la “incorporación de variedades resistentes a herbicidas” a los cuales actualmente no lo son. También es de prever que “tengamos un buen desarrollo de los cultivos de cobertura”, así como de “nuevas maquinarias para labranzas” y de “las técnicas para la siembra de los cultivos”. Cualquier herramienta que se investigue y luego se utilice para evitar la generación de tolerancia y/o resistencia de malezas será bienvenida, solo debemos usar la cabeza y hacer las cosas como técnicamente corresponde.

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