(Fuente: EEAOC, Publicado en La Gaceta Rural) La zona más afectada es la Llanura Chacopampeana Seca Subhúmeda en los departamentos Cruz Alta, Burruyacu y La Cocha.
La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán finalizó recientemente los monitoreos del gusano barrenador Diatraea saccharalis correspondiente a la zafra que está concluyendo.
El mismo se realizó en más de 100 puntos del área cañera tucumana y arrojó un promedio de “Intensidad de Infestación” (porcentaje de canutos atacados) cercano al 6%, niveles de ataque levemente inferiores a los de campañas anteriores. Sin embargo, se observaron ataques de hasta un 50% en algunas situaciones puntuales.
En el 97% de las localidades muestreadas se detectó la presencia de la plaga, con niveles de infestación variables.
Áreas afectadas
La zona más afectada es la Llanura Chacopampeana Seca Subhúmeda que abarca a los departamentos Cruz Alta, Burruyacu y La Cocha, mientras que la zona con menores niveles de ataque es la Llanura Deprimida, que contempla a los departamentos Leales y Simoca.
Considerando el promedio de “Intensidad de Infestación” en toda la provincia, durante 2016 se habrían perdido más de 60.000 tn de azúcar como consecuencia de esta plaga.
Pensando en términos económicos, se pone en evidencia su importancia en Tucumán y la necesidad de seguir explorando estrategias para mitigar sus daños. El manejo racional de la fertilización nitrogenada es una estrategia para evitar o disminuir el ataque de Diatraea.
Asimismo, el monitoreo temprano resulta útil para evitar mayores pérdidas, ya que permite conocer la magnitud del ataque y comenzar la cosecha por los lotes más afectados.
Con esto se logra evitar la degradación de la sacarosa producida por los microorganismos asociados a esta plaga, lo que repercute directamente en el rendimiento fabril.
Cuidar el rastrojo
La situación de la plagas en la etapa de “brotación” y “macollaje” del ciclo de cultivo que está comenzando, confirma que “mantener el rastrojo sin quemar es la mejor opción para su manejo”.
Desde fines de octubre se observaron picos de daño del perforador del brote Elasmopalpus lignosellus, en los lotes quemados, superando en algunas “socas viejas” el 70% de brotes muertos.
En estas situaciones, la brotación se retrasa y baja sus rendimientos a cosecha. En algunas circunstancias puede tener mayores consecuencias, como tener que renovar el cañaveral antes de lo previsto.
“No quemar el rastrojo es una medida preventiva muy eficaz para esta plaga”. En caso de que haya ocurrido una quema y se observen daños, el riego es una alternativa de control, pero este debe realizarse cuando el ataque es incipiente.
Más enemigos
En cuanto a la “oruga militar verdadera” Pseudaletia unipuncta, su aparición se adelantó en comparación con años anteriores, observándose daños desde la primera quincena de agosto.
Si bien está presente en toda la provincia en los lotes con rastrojo, en casi todos ellos los ataques fueron de poca magnitud, por lo que seguramente su impacto sobre el rendimiento será despreciable.
Por más información sobre esta plaga pueden dirigirse a los correos electrónicos de Diego Pérez (dperez@eeaoc.org.ar), Marcos Isas (mgisas@eeaoc.org.ar) y Pilar Pérez (mlperez@eeaoc.org.ar)