En Tucumán, el impacto de la sequía aún no es medido en proporción, pero si se determinan ya las características del fenómeno climático que afecta el territorio desde el año pasado. Desde la Estación Experimental Agroindustrial “Obispo Colombres” ratifican que “la actual campaña productiva se caracteriza por la ocurrencia de condiciones térmicas e hídricas inadecuadas para los cultivos principales de Tucumán.
“La sequía es un fenómeno que ocurre periódicamente y que se caracteriza por la ocurrencia de lluvias por debajo del valor normal para un período dado, en una región determinada. A esta condición se agregan temperaturas muy elevadas, humedad del aire baja, vientos cálidos y desecantes y alta insolación, las que generan situaciones de estrés por sequía, explica César Lamelas, jefe de Sección Agrometeorología de la EEAOC. (Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/480375/Rural/La-sequia-de-verano-afecto-los-cultivos-tucumanos.html
Bajo esas características, la sequía se manifestó en la provincia a través de máximas diarias superiores a 30ºC y máximas absolutas que fluctuaron entre los 34°C en el pedemonte y los 38°C en el sector este tucumano, durante octubre (Tabla 1). Las lluvias exhibieron una marcada irregularidad en la distribución espacial, dominando las situaciones con registros por debajo del normal y algunos pocos sitios con lluvias por encima del promedio de referencia (Tabla 2). Hubo pocos registros de lluvias de utilidad agrícola y prolongados períodos con ausencia de lluvias.
Noviembre, a su vez, fue crítico para la evolución de la campaña; las temperaturas máximas fueron muy elevadas, con registros que superaron holgadamente los 30°C, llegando a máximas absolutas de 39°C en el pedemonte y más de 41°C en el este provincial.
Asociado a las altas temperaturas se generaron pérdidas de agua por evapotranspiración superiores a las normales. Las precipitaciones fueron también muy variadas, con valores menores a los normales (ver tabla 2). Los aportes de lluvias en varios sitios fueron inferiores al 50% de lo esperado para ese mes. Esta situación se vio reflejada en el balance de agua, que fue negativo en casi toda el área productiva.
En diciembre, se destacó la ocurrencia de un período extremadamente caliente, ubicado entre los días 18 y 22. En el caso de El Colmenar superaron los 35°C, llegando a los 42,3°C, valor que se constituyó en un registro récord en los últimos 40 años para el mes. Registros aún más altos hubo en la zona de llanura, como en Monte Redondo con 43,3°C; mientras que en la zona pedemontana también se superaron los 40°C. Las condiciones apuntadas incrementaron la demanda de agua, que llegó a superar al promedio de referencia en toda el área.
Las lluvias del mes mostraron, al igual que en los meses anteriores, una fuerte variabilidad espacial (Tabla 2). No obstante, se notó una recuperación de los acumulados, particularmente en el pedemonte y zonas aledañas del sur de Burruyacú y parte de los departamentos Tafí Viejo, Lules y Famaillá: llegaron a valores muy cercanos al promedio histórico. El comportamiento de las temperaturas y de las lluvias se reflejó en el balance hidrológico, que mostró la persistencia de deficiencias de agua.
En enero persistieron y hasta se agudizaron las condiciones de sequía. Temperaturas muy altas dominaron el área de cultivo, llegando la máxima absoluta a 38,7°C en El Colmenar y casi a 42°C en Monte Redondo. Se computaron 25 días con temperaturas máximas mayores a la normal. Los aportes de lluvias en la primera década fueron prácticamente nulos y en el resto del mes, fueron menores que lo esperado en la totalidad del área de cultivo. Teniendo en cuenta los datos de la red pluviométrica provincial (96 localidades), en promedio las lluvias cubrieron sólo el 40% de lo normal. En El Colmenar sólo se acumularon 57,1 milímetros (valor extremadamente inferior al normal), esto es sólo un 28% del total esperado.
En febrero persistió la irregularidad de las lluvias y las temperaturas elevadas. Las máximas absolutas fluctuaron entre 36ºC y 39ºC. Las lluvias fueron muy escasas en la primera quincena; los aportes de lluvias crecieron en la segunda quincena pero fueron insuficientes, en la mayoría de los sitios relevados. Sólo se destaca un sector del sur de la provincia (La Cocha, Casas Viejas, Bajastiné). De tal manera, el promedio general del área de cultivo de secano fue del 60% del valor normal.