(Fuente: La Gaceta) Informe sectorial de una entidad privada.
BUENOS AIRES.- La rentabilidad del maíz se ubica un escalón por arriba de la soja. Esto se traduce en la obtención de un volumen de granos que podría alcanzar los 33 millones de toneladas durante la campaña 2015/2016, estimulada por la buena humedad en los suelos y por la falta de problemas sanitarios, según proyecciones reciente de la Asociación Maíz Argentino (Maizar).
“La próxima cosecha de maíz, de acuerdo con fuentes privadas y públicas, va de 27 a 33 o 34 millones de toneladas, cifra que plantea una relación de volumen de dos por uno respecto de la soja”, detalló Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar. Además, recalcó que, en los últimos 15 años, no fue óptima la rotación de cultivos, pero afirmó que este año, el sistema productivo apuesta a sembrar más maíz, porque es más rentable que la soja.
“Desde la época de (la presidencia de Raúl) Alfonsín nunca hubo un momento en el cual el maíz fuera más rentable que la soja. Esto se da hoy por el rendimiento y también por las medidas que tomó el Gobierno”, observó, en referencia a la eliminación de las retenciones a las exportaciones y de las trabas comerciales.
Según el último informe de la Bolsa de Cereales porteña, se mantiene una proyección de producción de 25 millones de toneladas, ajustadas a las lluvias que se registraron durante la semana pasada, y a la presencia de temperaturas predominantemente frescas que demoran el secado de los distintos lotes maiceros.
Sobre este punto, Alberto Morelli, otrora titular de Maizar, señaló que la siembra de maíz de segunda impactó favorablemente en el sector, gracias a que muchos productores se anticiparon a las medidas que impulsó la coalición gobernante Cambiemos. “El área sembrada cayó sólo un 9%, cuando al comenzar la campaña de siembra se preveía una merma en superficie de hasta el 30%. Este año vamos a tener una buena cantidad de maíz para transportar y también para transformar”, analizó Morelli.
Los operadores del sector maicero también apuestan a la reactivación de las industrias y de las actividades que dependen en forma directa del maíz, como la producción de carnes vacuna, porcina y aviar, y también el sector lácteo.
Por esta razón, tampoco se minimizan las inversiones que podrían movilizar también a otros sectores agroindustriales ocupados en la elaboración de polenta, de copos de maíz y de otros productos que integran la cadena. (DyN)