(Fuente: La Gaceta |Autor Carlos Páez de la Torre H) En 1941, el doctor William Cross cumplía sus bodas de plata como director de la Estación Experimental Agrícola. El doctor Alberto Rougés le hizo llegar felicitaciones con ese motivo y, al agradecerlas, Cross aprovechó para recordar los tiempos iniciales de la Estación, en una carta fechada el 17 de junio.
“Efectivamente –expresaba a Rougés- como usted dice, la institución ha pasado por tiempos bastante difíciles: inclusive momentos en que el Gobierno pensaba suprimirla; o convertirla en una cárcel penitenciaria; o ponerla bajo la administración de reparticiones burocráticas, etcétera, y muchos períodos en que escaseaban tanto los fondos, que era muy difícil mantener la buena marcha de la Estación”.
Añadía que, si bien había logrado que sobreviviera a los períodos de crisis, “ha sido simplemente por haber sabido recurrir a los buenos oficios de algunos buenos e influyentes amigos como usted, quienes siempre prestaron todo el apoyo posible a fin de sacarnos del difícil trance por el que pasábamos”. Recordaba aquel proyecto del gobernador Juan Bautista Bascary, “de suprimir la Estación”, iniciativa “que usted pudo bochar, haciendo intervenir ante el gobernador al entonces poderoso señor Hagemann”. Se refería a Máximo Hagemann, presidente de la Compañía Azucarera Tucumana.
El recuerdo de los primeros tiempos, terminaba el doctor Cross, “me hace pensar cómo ha cambiado el mundo en general y Tucumán en particular en estos veinticinco años; y me inclino a pensar también que, a pesar de todos los progresos registrados, aquellos tiempos fueron los mejores”.