“Esta distinción nos permitirá posicionarnos mejor y que los mercados relacionen al arándano con la marca”, aseguró Guillermo Olivera, gerente de la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán.
El cultivo del arándano comenzó a realizarse en el año 1998 en Tucumán. Desde entonces la fruta se posiciona en el mercado internacional, en especial por el comercio del hemisferio Norte. La actividad empezó de manera experimental en los campos de Famaillá. De a poco el cultivo fue creciendo y los productores se vieron en la necesidad de conocer más acerca de las tareas específicas que conlleva la plantación extensiva de los arándanos. Entonces, decidieron organizarse para la gestión de la actividad en la provincia. Así surge las Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán (APRATUC), en la cual los productores se agrupan para decidir, dirigir y coordinar el negocio arandanero tucumano.
La importancia del sector a nivel productivo y el destacado trabajo de APRATUC hacen que el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP) los distinga con la marca provincia. Además, el posicionamiento de la actividad en el país y el mundo posibilita que Marca Tucumán reconozca a la actividad arandanera como representativa del territorio, al punto de contar con 1.026 hectáreas (de acuerdo al censo del año 2014) de este cultivo.
El equipo de Marca Tucumán entrevistó a Guillermo Olivera, Gerente de APRATUC, quien contó los detalles de la labor en la región:
¿Quiénes integran APRATUC?
La asociación está conformada por una Comisión Directiva. Tiene su Presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretarios, Vocales y Comisión Revisión de Cuentas. Todos son productores de arándanos y los cargos se renuevan cada cuatro años.
¿Cómo es el proceso de producción?
La cosecha comienza en septiembre. Se lo hace preferentemente con mujeres, ya que el fruto tiene una cubierta que se llama Pruina y es lo que le da la calidad a la fruta. Entonces las mujeres, con delicadeza, recolectan estos frutos que van colocados en una bandeja con capacidad de aproximadamente un kilo. Esas bandejas son acopladas y se llevan a un empaque. Allí se hace una selección por tamaño y se descarta todo lo que sea menor a diez milímetros de diámetro. Luego pasa por una cinta de selección donde las mujeres eligen las frutas defectuosas, como ser aquellas que tienen, por ejemplo, un picoteo de pájaro o alguna ramita. Todos esos detalles que interfieren en la calidad del producto. Después se embala en unos envases de polietileno y se colocan en cajas. Se conforman los Palets y son despachados en el aeropuerto de Tucumán. De aquí sale los vuelos directos a Estados Unidos. Antes de eso sufre una desinfección con un bromulado a 15 °C. Eso nos da una buena calidad de fruta.
¿Cuál es la importancia de la cosecha del arándano en la provincia?
Este cultivo es muy importante ya que su cosecha implica tomar mano de obra local. Además, en cuanto a las temporadas, una vez que termina la cosecha del limón continúa la del arándano. Este fruto comienza su estación en mediados de agosto y termina a fines de noviembre. También es la primera fruta primicia de Tucumán y el hemisferio sur, esto hace que sea muy buscado por los compradores norteamericanos. El cultivo fue creciendo junto con el consumo de sus propiedades nutricionales.
¿Cuáles son los beneficios de la actividad para el desarrollo productivo de Tucumán?
La mayoría de la cosecha va a exportación como fruta fresca. Los destinos son Estados Unidos, Unión Europea, Canadá, algunos países de Asia y se está revisando el protocolo para llegar a China. Lo que no se puede exportar como fruta fresca, porque la calidad no es la suficiente, pasa por un proceso de congelado IQF. Este es un proceso por el cual la fruta, luego de ser seleccionada, pasa por un túnel a -25°C. El resultado final es una pelotita de hielo azul que termina en una caja de 18 kilos y se conserva a -18°C. Entonces, las dos formas en las que hoy se comercializa el arándano en Tucumán son como fruta fresca, que es la que genera mayor ingreso de divisas para el productor y la provincia, y un remanente como congelado que también se exporta para la elaboración de dulces, jugos, yogurt y snack. No está muy desarrollado el consumo interno, un poco porque el productor no desea venderle al mercado interno y otro poco porque el consumidor no lo demanda en comparación a otros frutales como la pera, la manzana, la naranja o la banana. Es algo que estamos intentando desarrollar.
¿Consideras que el crecimiento del sector arandanero está alcanzando las dimensiones del limón o la frutilla en Tucumán?
El sector está llegando al plató. En superficie Tucumán no tiene mucho y el arándano necesita suelos ácidos de la zona del piedemonte, lo cual compite con el limón, la frutilla o la papa. En estos diez años de asociación muchas zonas pasaron a ser zonas marginales para el cultivo de arándano y se reconvirtieron a citrus. Puede crecer y para ello se están haciendo emprendimientos. Hay que rescatar que de las 1.026 hectáreas casi la mitad tiene control de heladas. Eso se debe a la inversión privada y, en algunos casos, a la de instituciones como el IDEP que otorgaron créditos a pequeños productores para tener control de heladas con riego por aspersión. Lo bueno de esto es que en el caso de producirse una helada de -2°C sabemos que la mitad de la producción de arándanos está protegida. A esto se suma la nueva terminal de carga con cámara de frío con la que cuenta el aeropuerto internacional de Tucumán Benjamín Matienzo. Esto nos da la posibilidad de acopiar fruta para tres vuelos en el mismo día. Además se está trabajando para a ampliación de la plataforma de carga.
¿Cuál es el alcance nacional e internacional que tiene la producción del arándano en la actualidad?
Tucumán está posicionada como la segunda zona productora de arándanos de Argentina. El país tiene tres lugares donde se produce este cultivo. La primicia es acá en Tucumán, luego tenemos el sector NEA (Entre Ríos, Corrientes y Misiones), y en tercer lugar se encuentra la provincia de Buenos Aires y alrededores. Decir que Tucumán es la zona primicia tiene que ver con los buenos precios de la fruta en el mercado del hemisferio Norte.
¿Cómo los reciben los mercados?
Muy bien, por la calidad que produce el arándano tucumano. Se nos relaciona mucho con la buena calidad, esto es así gracias al esfuerzo de los productores y al acompañamiento del gobierno.
¿Cuál es la respuesta que les dan los mercados extranjeros respeto a la actividad arandanera de la provincia?
La provincia ya está posicionada. Los asociados de APRATUC están en varias ferias internacionales, entonces se posiciona mejor la calidad del arándano. Relacionan a la fruta de Tucumán con la buena calidad.
¿Cuáles son las proyecciones que tiene la asociación para los próximos años?
Queremos desarrollar consumo interno y queremos incrementar los vuelos de Tucumán hacia el extranjero. Desde 2007 y hasta 2014 se hizo vuelos directos hasta Estado Unidos, y el año pasado se alcanzó un vuelo directo a Europa. Queremos incrementar esos vuelos porque siempre hay mercados de allá interesados en invertir acá. Además queremos crecer como institución y darnos a conocer, muchos no saben de nuestra asociación.
¿Cuál es la importancia de que APRATUC cuente con Marca Tucumán?
Consideramos que es una gran distinción haber obtenido la Marca Tucumán. Esto nos permitirá posicionarnos mejor y que los mercados relacionen al arándano con la marca. Que la gente sepa de donde viene esta fruta de buena calidad, y que el consumidor extranjero relacione el producto con Tucumán.