Eso se desprende de un informe recientemente lanzando por la consultora privada TopInfo y en base a información de los diferentes mercados. La reducción del negocio exportador de los últimos años fue consecuencia de la caída de la competitividad que sufrieron los productos argentinos, al aumentar fuertemente los costos internos, sin que esto sea acompañado en la misma medida por una devaluación de la moneda.
Una dura realidad está atravesando el limón tucumano. Tres años de seca y una helada tardía diezmaron los cultivos. La producción cayó al menor nivel de los últimos 15 años. Se estima que se cosechará la mitad de un año normal. En este caso no es tanto el mercado interno que demanda a la reducida producción, sino la industria. Las grandes fábricas tienen importantes compromisos externos y requieren grandes volúmenes. Por lo tanto la industria ofrece precios muy elevados y compite así fuertemente con la exportación. Se teme que la exportación finalice con volúmenes entre 100-140.000 toneladas. Esto es la mitad de lo exportado en los últimos 3 años y está muy lejos de las 300-400.000 toneladas que se llegaron a exportar en algún momento.
Por lo tanto en los últimos 5 años Argentina dejó de exportar 300-500.000 toneladas y sus ingresos en dólares se redujeron en 200.000 mil dólares. Los volúmenes que se dejaron de exportar se están volcando hacia el mercado local y a la industria. En más de un caso también hubo una reducción de superficie, abandonándose los cultivos viejos y menos rentables. La producción global se vio menos afectada, dado que la menor superficie fue
compensada por un mayor rendimiento. Las empresas buscan compensar los menores ingresos con un manejo más eficiente. En la última década se observa solamente en el limón una clara tendencia hacia el aumento de superficie y de producción. En las otras frutas se está concentrando la superficie y la producción se mantiene estable.