(Fuente: La Gaceta) El ministro de Agricultura de la Nación inauguró el encuentro nacional, que concluye hoy. Los desafíos. Presentaron 360 trabajos.
El miércoles último comenzó el “III Congreso Argentino de Fitopatología”, que se extenderá hasta hoy en el Hotel Sheraton Tucumán. Bajo el lema “Sanidad vegetal con responsabilidad social”, alrededor de 450 investigadores y técnicos/productores vinculados al sector debatirán sobre las acciones integradas necesarias para garantizar la sanidad de los cultivos, sin comprometer los aspectos ambientales ni sociales.
El acto de apertura estuvo presidido por el ministro de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Carlos Casamiquela; el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, Jorge Luis Feijoó; el presidente de la comisión directiva del Congreso, Daniel Ploper (Director Técnico de la Eeaoc); y el presidente de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Fitopatólogos (AAF), Luis Conci.
Casamiquela destacó el rol de los fitopatólogos ante las más de 60.000 plagas y patógenos de plantas que existen en el mundo.
“La gestión eficaz de las plagas y enfermedades en los últimos 40 años fue clave en la duplicación de la producción de alimentos”, apuntó. “Pero, aún existe un fuerte desafío para estos investigadores, ya que los patógenos todavía perjudican entre un 10% y un 16% de la cosecha mundial”, añadió.
Subrayó que se estima que las enfermedades de plantas pueden reducir el rendimiento de casi el 20% de los principales alimentos y cultivos comerciales en todo el mundo. El ministro, afirmó que investigar plagas y enfermedades requiere entender la complejidad y el funcionamiento de los sistemas de los que somos partes, sino nos quedamos con una lectura chica que impide ver la globalidad.
El funcionario dijo que se deben considerar las cuestiones sociales, económicas y ambientales que se involucran en la problemática de la sanidad vegetal. A modo de ejemplo, explicó la importancia de prevenir y controlar el HLB, central para Tucumán y otras provincias productoras de cítricos. Esta enfermedad significa afectar a 130.000 hectáreas bajo cultivo en el NOA (61%), NEA (39%) y otras 10 provincias; casi 2,9 millones de toneladas; 5.300 productores; 440 instalaciones de empaque; 20 plantas industriales; 100.000 trabajadores; y unos U$S 1.067 millones consumo/exportación.
Por esto, Casamiquela remarcó que cuando hablemos de HLB desde el punto de vista filosófico sería bueno hablar de que no estamos abordando la problemática de una enfermedad, sino de un sistema social, económico, político, estratégico dentro de del marco del sistema científico tecnológico argentino; “de un país que comienza a integrarse a América latina y de un continente que comienza a tener impactos de todo el mundo”.
Las posibilidades de visualizar las complejidades de los sistemas de los que somos parte es la clave del desarrollo profesional, apuntó el funcionario nacional.
Investigación y docencia
Por su parte, en referencia al congreso, Ploper indicó que el desafío es facilitar la ocasión para profundizar competencias, que hacen tanto al examen de nuevas metodologías de diagnóstico de fitopatógenos o al manejo integrado de enfermedades, como a la docencia de la fitopatología.
Agregó que esta responsabilidad se expresa en las buenas prácticas agrícolas, en la inocuidad de las soluciones que propongamos, en la atención por la biodiversidad y en generar los esfuerzos innovativos que garanticen la sustentabilidad y la seguridad agroalimentaria. Por último, señaló que el fitopatólogo no es sólo aquella persona que está en el campo, sino la que es parte de un sistema.
Durante el congreso están disertando especialistas de diferentes provincias de la Argentina y de países como Estados Unidos, España, Brasil, Chile, México, Colombia, Ecuador y Uruguay. A esto se suman los más de 360 trabajos de investigación presentados, mediante exposiciones orales y en póster, conferencias plenarias, mesas redondas y talleres. Uno de los puntos centrales del encuentro son las actividades relacionadas con buenas prácticas de manejo integrado e inocuidad, a partir de las necesidades y requisitos de los mercados internacionales.
Fuente: www.lagaceta.com.ar