(Fuente: www.lagaceta.com.ar) Los dólares que ingresan por la soja contribuyen al financiamiento del déficit del resto de los sectores comerciales y descomprimen el mercado cambiario.
Los dólares de la soja son como el maná para la economía argentina. El Gobierno nacional apuesta a que, con la exportación de la oleaginosa, las reservas internacionales del Banco Central irán, gradualmente, recuperándose. Por ende, se sostendrá la estabilidad cambiaria y se disiparán ciertos nubarrones de devaluación. Sin embargo no todo está definido, aunque la tendencia es hacia la mejora. El precio de la soja operó el viernes en baja en el mercado de Chicago (-0,2%) para los contratos pactados para mayo. La soja cerró en U$S 540,96, luego de alcanzar la semana pasada una marca de U$S 546, la más importante de los últimos cinco meses y medio. Los analistas sostienen que la merma del viernes se debió a que tanto en Brasil como en Argentina, la nueva cosecha de la oleaginosa ya está disponible para embarcar, según consigna la consultora “fyo”.
La soja se torna cada vez más relevante para financiar los déficits del resto de los sectores comerciales y para descomprimir el mercado cambiario, dice un reporte de Economía & Regiones (E&R). Muchos productos de exportación, de diferentes ramas de actividad, vienen siendo castigados por las políticas implementadas los últimos años (industria, cereales, combustibles, etc.), lo que complica más el faltante de divisas. En este sentido, las ventas externas de soja y las expectativas de los exportadores pasan a ser determinantes en muchas de las decisiones de política y en la sostenibilidad macroeconómica de mediano plazo, acota el informe.
El ingreso de divisas en general y las exportaciones en particular se han tornado cada vez más dependientes de la soja. La cosecha y el precio de la oleaginosa resultan fundamentales para el funcionamiento de la macroeconomía local; pero además la estacionalidad de las liquidaciones y las expectativas o especulación de los exportadores terminan condicionando la estabilidad del mercado cambiario y las decisiones de política económica, advierte E&R.
Impacto en la balanza
Los datos de comercio exterior del primer bimestre del año reafirman que, en lugar de reindustrialización de las exportaciones, el modelo exportador argentino tiende a transformarse en un modelo “sojaexportador”, sostiene, por su parte, Empiria Consultores. El saldo comercial oficial de los dos primeros meses de 2014 fue de tan sólo U$S 79 millones, un 90% inferior al del año pasado, y no fue deficitario gracias al incremento en las ventas externas de subproductos de la soja remanentes de la campaña anterior por US$ 1.820 millones (US$ 320 millones más que en igual período del año pasado), apunta en su informe.
Según Empiria, la fuente genuina de divisas resultante del saldo comercial muestra cada vez mayor dependencia a un único cultivo, que es visto como maná de salvación tanto para sostener la caída de reservas como por los ingresos por retenciones que implica. “A partir de mediados de este mes comenzará la liquidación de la cosecha de soja, pero aún queda por ver en qué medida se aliviarán las trabas a las importaciones (es decir, si se priorizarán las reservas o la actividad económica), y qué sucederá una vez que el grueso de la entrada de divisas por la soja haya terminado”, agrega. Nuevamente el agro, pero en particular la soja, será la “salvación” (temporal y finita) del resultado comercial. La producción será como mínimo de 51/52 millones de toneladas, con una suba no inferior al 8% respecto de la campaña anterior, según Empiria. La suba de precios en lo que va del año (similares a los de 2013) asegura un buen ingreso de divisas. Al respecto, se espera una liquidación temprana (en el segundo trimestre) algo inferior a los 20 millones de toneladas. El resto se iría liquidando gradualmente, con un acopio similar al de 2013, proyecta la consultora. Así, según sus cálculos, la soja aportaría en este año un piso de U$S 2.000 millones adicionales a los de 2013.
Según Abeceb.com, para esta temporada se espera un récord de producción de soja, impulsada por el aumento de la superficie sembrada y un buen caudal de lluvias. De hecho, la consultora prevé una producción cercana a los 52 millones de toneladas que reportarán poco más de U$S 24.000 millones, unos $ 3.000 millones menos que las reservas existentes en el BCRA.