Si bien, aún se están evaluando y cuantificando los daños producidos en plantas y frutos, se advierten que son de importancia. Ya se observan manchas en la piel, frutos blandos, ruptura de glándulas de aceite en la epidermis, ruptura de celdillas que contienen jugo en el interior de la pulpa, etc, lo que desmerece comercialmente al limón y ocasiona una disminución de la cantidad de fruta con destino a fábrica y con un menor aprovechamiento industrial.
Además del análisis del estado general de las plantaciones, surje la certeza de la segura pérdida de miles de plantas de todas las especies cítricas, en especial las más jóvenes, por estar más expuestas, lo que nos permite estimar provisoriamente una pérdida total del limón inicialmente estimado del órden de un 20%, con porcentages aún mayores en naranjas y mandarinas por las fechas de cosecha. La gravedad de los daños en las plantaciones permite también advertir una fuerte caída del limón en la temporada estival y, preveer una importante afectación en los volúmenes de produccción para la próxima campaña.
Ésta situación ha provocado la paralización de algunos empaques y en otros la reducción al mínimo de su actividad. Es presumible que varios de los que han parado su producción, ésta sea definitiva por la falta de fruta que reúna las condiciones para ser exportada en fresco.
En éste sentido se solicita a productores y empacadores tucumanos extremar los controles de calidad de los limones a exportar, de manera que se garantice al mercado externo la provisión de fruta que reúna los requisitos exigidos por cada país. La mayor rigurosidad en la selección nos permitirá continuar ostentando el alto prestigio de nuestra producción, con lo que podremos afianzar nuestro producto siendo confiables a pesar de la dura inclemencia climática sufrida.
Fuente: atcitrus.com.ar