Frutilla: muchas horas de frío y la altura resultan clave para producir los plantines saneados

(Fuente Revista Avance Agroindustrial EEAOC, Publicado en La Gaceta)

Durante la multiplicación de plantines saneados de frutilla, es necesaria la acumulación de determinada cantidad de horas de frío (suma de horas en que la temperatura se mantiene por debajo de 7° C). Cuando el plantín ha recibido alrededor de 250 horas de frío, se estima que se encuentra en condiciones de ser cosechado. Este fenómeno genera un vigor potencial que determinará una mayor productividad, relacionado con la abundante emisión de raíces, por lo que la ubicación del vivero es muy importante para que se obtenga un producto de óptima calidad sanitaria y productiva.

Las plantas que se producen en viveros de altura tienen un activo crecimiento que promueve la producción de estolones durante los meses de verano, y luego detienen su crecimiento vegetativo por haber alcanzado la madurez al tener las horas de frío necesarias. Tafí del Valle es una localidad de Tucumán ubicada a 2.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), con temperaturas invernales que pueden llegar a los -10° C, y reúne las características necesarias para la multiplicación de plantines de frutilla saneados.

Debido a esto, entre 2022 y 2024, en la subestación de Tafí del Valle se construyeron dos invernáculos de aproximadamente 150 m² cada uno, donde se trasplantan los plantines de frutilla saneados provenientes de la producción in vitro que se realiza en laboratorio.

El trasplante de plantines en Tafí del Valle se realizó a partir de noviembre de 2023; las plantas permanecieron en esas condiciones aproximadamente entre seis y ocho meses, hasta que completaron su ciclo de crecimiento y de maduración para luego ser cosechadas durante agosto de 2024.

En la práctica, el momento óptimo para llevar a cabo la cosecha de plantines se reconoce por un enrojecimiento generalizado de las hojas y un oscurecimiento y lignificación del sistema radicular, como así también un engrosamiento de la corona que debe tener, al menos, 1 cm de diámetro.

Los plantines cosechados se clasifican en categorías: planta madre, primera, segunda y tercera calidad, según el grosor de la corona. Se los agrupa por categoría y se colocan en bolsas transparentes perforadas, las cuales se almacenan en condiciones de refrigeración. En cada bolsa se coloca un rótulo en el que se menciona identidad, calidad y pureza de la simiente, contenido neto, año de cosecha e institución proveedora de las plantas.

Todo el ciclo de producción de plantines saneados de frutilla es supervisado por personal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y del Instituto Nacional de Semillas (Inase), quienes labran actas durante inspecciones periódicas. Estas permiten constatar el cumplimiento de los protocolos y normas de producción para poder inscribir los plantines destinados a la venta y que puedan ser trasladados a los viveros del sur del país.

Cómo se iniciaron los estudios en la Eeaoc para obtener plantines saneados de frutilla

La aparición y el aumento, desde 2021, de casos del patógeno Neopestalotiopsis clavispora encendieron alarmas en viveristas, que fueron a la entidad para que avancen los trabajos de micropropagación in vitro.

La semana pasada se publicaron en LA GACETA Rural todos los trabajos sobre producción de plantines de frutilla saneados que lleva adelante la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), que se utilizan en la producción para fruta en la zona del piedemonte de Tucumán. En esta oportunidad se difunde la segunda parte del informe sobre el tema, que también fue publicado por la revista Avance de la Eeaoc.

Los profesionales Aldo BerettoniJorge AleAlicia Forns (sección Horticultura) y Agustín Padilla (sección Biotecnología) describen el sistema de producción de plantines saneados de frutilla en la Subestación Tafí del Valle.

 

Entre 2022 y 2024 se implementaron protocolos de micropropagación in vitro, aclimatación en invernadero y monitoreo sanitario bajo supervisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y del Instituto Nacional de Semillas (Inase), buscando garantizar la calidad, sanidad y trazabilidad del material vegetal destinado a viveros del país.

La multiplicación comercial de frutilla en Argentina se realiza mediante técnicas avanzadas de propagación que garantizan la utilización de plantines de alta calidad. Los principales viveros están ubicados en zonas frías y secas, lo que permite minimizar la incidencia de enfermedades y asegurar la sanidad del material vegetal. Algunos de ellos, para lograr la obtención de plantines de alta calidad, importan sus plantas “madre” de otros centros de multiplicación establecidos en países como Chile, España y Estados Unidos.

Origen

A partir de 2021 se reportaron varios casos del patógeno Neopestalotiopsis clavispora, que aumentaron durante las campañas subsiguientes. La aparición de esta enfermedad emergente encendió las alarmas en los viveros multiplicadores, quienes intensificaron los monitoreos y adoptaron medidas para garantizar la sanidad de sus plantas madre.

 

Como consecuencia de esta situación sanitaria, en 2022 comenzaron las gestiones entre viveristas y la Eeaoc para llevar a cabo el saneamiento y la multiplicación de plantas de frutilla mediante la técnica de micropropagación in vitro en laboratorios de la sección Biotecnología, que contaba con experiencia en este tema. Una vez obtenidos los plantines, estos fueron aclimatados y sometidos a una primera multiplicación mediante estolones en invernáculos ubicados en la subestación Tafí del Valle, la cual se encuentra bajo la supervisión de la sección Horticultura de la entidad agrocientífica.

Esos plantines son posteriormente entregados a los viveristas, para que establezcan sus propios viveros de plantas madre en el sur del país y continúen con las siguientes etapas de multiplicación de plantines comerciales en campo.

Durante 2022 se recibieron coronas (plantines) de frutilla de un centro de multiplicación. Ese material fue plantado y mantenido en óptimas condiciones de invernadero para favorecer la brotación y desarrollo, conformando de esta manera un plantel de plantas madre. A partir de estas, se realizó la extracción de meristemas para iniciar el proceso de micropropagación in vitro.

 

Producción

En diciembre de ese mismo año se inició la etapa de producción in vitro mediante la extracción e implantación de meristemas de las diferentes variedades. En ese período se procedió a la realización de pruebas y de ensayos a fin de optimizar los medios de cultivos que favorecieran el óptimo desarrollo de cada genotipo (ver www.avance.eeaoc.org.ar/articulo/micropropagacion-de-frutilla/).

Una vez obtenidos los plantines enraizados en laboratorio, estos se trasplantaron en los invernaderos de la sección Biotecnología en la sede central de la Eeaoc, donde se mantuvieron bajo un estricto control de humedad y temperatura durante 20 a 30 días para lograr una buena aclimatación ex vitro.

Posteriormente, los plantines fueron trasladados a los invernaderos de la subestación Tafí del Valle, para que allí se continúe con el desarrollo, para obtener la primera multiplicación de los ejemplares.

Tanto las plantas madre como los nuevos plantines producidos en los invernaderos recibieron un manejo agronómico adecuado y se realizaron aplicaciones preventivas de insecticidas y fungicidas.

No se detectaron fitopatógenos que puedan comprometer la producción de plantines

“Es necesario realizar trabajos para prevenir la incidencia de patógenos y de esa manera garantizar la obtención de plantines de óptima calidad”, afirmaron Catalina Aguaysol y Victoria González, técnicas de la sección Fitopatología de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). Indicaron cómo se debe realizar el monitoreo de virosis y de hongos emergentes en invernáculos para garantizar plantines de frutilla sanos y de alta calidad.

“El cultivo de frutilla es altamente demandante de condiciones óptimas para su desarrollo; en especial, durante la etapa inicial, cuando los plantines son vulnerables a diversos patógenos que pueden comprometer el crecimiento y la productividad de los materiales”, dijeron. Añadieron que en este contexto, mantener la sanidad de los plantines en sus primeros estadios de desarrollo resulta clave para garantizar una producción exitosa y de calidad.

 

“Los plantines de frutilla cultivados a partir de material in vitro representan una de las mejores herramientas de manejo para iniciar un cultivo sano y libre de enfermedades. Sin embargo, es crucial destacar que incluso a partir de este material inicial de alta calidad pueden presentarse riesgos asociados a la presencia de fitopatógenos, como virus y hongos, que afectan la productividad y la salud de la planta en etapas posteriores”, puntualizaron.

El proceso de indexing de virosis realizado en el laboratorio del Instituto de Patología Vegetal, dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Córdoba, juega un rol esencial en este aspecto. Este procedimiento consiste en la detección temprana de virosis, un paso clave para asegurar que los plantines estén libres de enfermedades virales que puedan afectar su desarrollo. La detección precoz permite eliminar material infectado antes de que se propague y cause daños significativos en el cultivo.

Los técnicos de la sección Fitopatología de la Eeaoc realizan el monitoreo sanitario de los plantines de frutilla en condiciones controladas dentro de invernáculos. Estos proporcionan un ambiente protegido y controlado que facilita la observación de las plantas y la adopción de medidas preventivas, como así también la detección de cambios sutiles en su morfología o comportamiento que podrían indicar la presencia de patógenos. En este sentido, se realiza un monitoreo sistemático de extracción de muestras de plantines para ser analizados en condiciones de laboratorio. Así puede determinarse la presencia de diversos fitopatógenos y entre ellos, específicamente, Neopestalotiopsis sp, un hongo que afecta tanto las hojas como las raíces de las plantas de frutilla, causando la podredumbre de la raíz y la corona.

 

Como resultado de los análisis en el laboratorio de la sección Fitopatología, hasta el momento no se detectó la presencia de fitopatógenos que puedan comprometer la producción de plantines de frutilla en invernáculo.

“En conclusión, la sanidad de los plantines de frutilla en su etapa inicial es determinante para el éxito del cultivo. El monitoreo constante en condiciones controladas dentro de invernáculos es una herramienta esencial para mantener la calidad de los plantines y prevenir la propagación de patógenos. La identificación temprana de enfermedades y la intervención adecuada en esta fase inicial son esenciales para asegurar una producción de frutilla sana”, finalizaron.

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