Tucumán como polo de desarrollo bioenergético

Los desafíos de un mundo donde la demanda de bioenergía se expande, las estrategias que en ese contexto los productores deberán contemplar respecto de la preservación de la biodiversidad, y la implementación en Tucumán de biorrefinerías para el procesamiento sustentable de biomasa en un espectro de productos comercializables y energía, fueron los ejes de una disertación que el doctor Alejandro Mentaberry, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCyT), ofreció días atrás en la sede de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), en el marco del festejo por nuestros primeros103. (Fuente: www.producciontucuman.gov.ar/EEAOC)

Ante un auditorio conformado por industriales, productores e invitados especiales, Mentaberry –presentado por el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao- planteó la necesidad de “dejar de pensar sólo en productos primarios y generar en cambio productos con valor agregado”.

Explicó, entre otros conceptos, que hacia el 2030 se requerirá duplicar o triplicar la producción mundial de alimentos, que las próximas dos generaciones consumirán dos veces más que todo el consumo humano anterior, y que los biocombustibles podrían representar hasta el 50% de las futuras fuentes de energía en algunos planteos de cambio de las matrices energéticas.

 

Existe “un nuevo ambiente productivo gracias a las nuevas tecnologías – biotecnología y tecnologías de la información y la comunicación- dijo el funcionario, para destacar luego los beneficios ecológicos de la producción y el uso del bioetanol. “A diferencia de la gasolina, el etanol obtenido de biomasa vegetal genera CO2 atmosférico que, en su mayoría, es recapturado por la fotosíntesis para producir nueva biomasa; el resultado final de este ciclo arrojaría un balance neutro”

 

Ante los hombres de la industria y del agro tucumano, Mentaberry comentó: “se abre un amplio espectro de posibilidades en el terreno alimentario y en la producción de fibras, compuestos químicos y bioenergía, proceso que tendrá profundas consecuencias socio-económicas y ambientales y que requiere la elaboración de políticas y marcos regulatorios específicos”.

 

En el futuro, evaluó, se plantea un desarrollo agrícola con perfiles productivos en redes productivas, profesionalización creciente, vinculación con nuevos sectores cada vez más similares a los industriales; y definió una biorrefinería como “el procesamiento sustentable de biomasa en un espectro de productos comercializables y energía” y mencionó que el desarrollo de esas unidades contribuiría a “maximizar la captura de valor derivado de la biomasa, optimizar la relación costo/eficiencia de la producción y minimizar los efectos ambientales adversos”.

 

Apuntó, por último, que Argentina ya posee biorrefinerías de primera generación de combustibles y procesamiento de alimentos; y que Tucumán –junto con Misiones, sur de Buenos Aires y Santa Fe, La Pampa- podrían desarrollar esas plantas a futuro a escala piloto.

 

El Ing.Qco. Gerónimo Cárdenas, de la EEAOC, destacó la existencia en Tucumán de ingenios azucareros que ya funcionan como biorrefinerías, dado que fabrican azúcar, alcohol y energía eléctrica para la venta: “ese proceso puede profundizarse, y por eso la Nación está mirando hacia nosotros como una zona potencial de desarrollo”.

 

Según Cárdenas, “el petróleo barato que hizo que Estados Unidos, Japón y Europa, se industrializaran ya no está más. Con buen criterio, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación está buscando vías alternativas para que la gente vaya pensando en ellas; y el hecho de que nosotros hayamos inaugurado la planta piloto del Laboratorio de Estudios y Mediciones Industriales, LEMI  (ya lista en un 80 por ciento) implica empezar a trabajar, en concreto, con estas ideas”.

 

Lo nuevo del LEMI –desde donde presta ahora sus servicios habituales el Laboratorio de Mediciones Industriales- son los equipos para determinar la calidad de biomasa como combustible sólido; y un gasificador para estudiar la transformación de residuo sólido en gas combustible de moderado poder calórico. Cuando esta planta piloto funcione a pleno constituirá un aporte importante para el proyecto de biorrefinerías de la Nación.

 

“Nuestra Planta Piloto de ensayos bioenergéticos, que ahora completamos, coincidente con el enfoque que la Nación impulsa hoy en la materia, cobra ahora más fuerza al constatarse la vocación pionera e innovadora de la EEAOC y la acertada orientación de sus proyectos”, destacó Cárdenas.

 

 

 

 

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