La UNT y la industria azucarera

(Fuente: Cartas a los Lectores en la Gaceta por Dr. Daniel Campi) Deseo agregar algunos elementos a las justas consideraciones del ingeniero Chehín -publicadas en LA GACETA de ayer en esta sección- sobre los aportes de la UNT al desarrollo de la agroindustria azucarera.

Ese vínculo estuvo presente desde su origen. Su promotor y primer rector (Juan B. Terán) era industrial azucarero y en la primera página del proyecto de su creación (presentado en 1909, cuando se desempeñaba como vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Provincia) hacía referencia a la necesidad de un “estudio científico” de la actividad. Si el ingeniero Chehín enumera los aportes realizados desde el Instituto de Investigaciones Azucareras, es justicia mencionar a los de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, incorporada a la UNT en 1929.

Fue la Escuela la que formó durante décadas a los técnicos que manejaban los ingenios en una geografía que desbordaba los límites argentinos, en tanto recibía estudiantes de numerosos países latinoamericanos. Naturalmente, salteños, jujeños, santafesinos y misioneros acudían a la misma, alojándose en el internado que funcionó hasta 1967. Algunos de sus egresados (que luego se graduaron como ingenieros azucareros en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología) gozan de gran prestigio en Brasil, Venezuela, Perú, México y Colombia -entre otros países-, en los cuales asesoran a importantes empresas del sector.

No puede dejar de mencionarse, asimismo, a las facultades de Agronomía y de Bioquímica, Química y Farmacia. Sus egresados también cumplieron importantes funciones en las fases agrícola e industrial de la actividad. Y también sus alumnos de grado. No puedo olvidar -de mis tiempos de químico de ingenio- el importante número de estudiantes de bioquímica, de química y de agronomía con los que compartí largas horas de trabajo en los laboratorios, algunos como inspectores de la Dirección Nacional de Azúcar, otros como controles de cañeros. Médicos, abogados y contadores, también graduados en la UNT, hicieron valiosos aportes en sus respectivos campos profesionales.

Por último, una merecida referencia a la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), sin duda la entidad más relevante en cuanto a los aportes científicos y técnicos al sector. Como es sabido, es una dependencia del Estado provincial. Pero sus científicos y técnicos (un buen número de ellos se desempeñan como investigadores del Conicet) recibieron formación de grado y posgrado -en gran porcentaje- en la UNT. No poco mérito hay en ello.

Daniel Campi

daniel_campi@yahoo.com.ar

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