(Fuente: Suena a Campo) En la columna de ayer Suena a Campo se puso en contacto con la Ingeniera Fernanda Leggio de la sección de Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) para informarnos acerca del uso de madurativos químicos en dicho cultivo.
La maduración química de la caña de azúcar se realiza para mejorar el nivel sacarino y también la calidad de la materia prima en cosecha. Constituye la mejor estrategia de precosecha capaz de inducir incrementos considerables y rentables en la acumulación de azúcar. Con esta práctica es factible anticipar la maduración y mejorar la calidad de la materia prima que llega a molienda.
El efecto que produce es detener el crecimiento vegetativo para impedir que la planta gaste energía en la formación de nuevos tejidos, y dicha energía que se traduce en más azúcar que se acumula en los tejidos ya existentes.
“Esta práctica se viene realizando en Tucumán desde hace varios años, como así también en casi todas las regiones cañeras del mundo y tiene dos objetivos fundamentales. Uno de ellos es adelantar el inicio de la maduración de la caña ya que en Tucumán contamos con condiciones subóptimas para este cultivo. El clima en nuestra provincia es subtropical y la caña es un cultivo tropical, por lo tanto, adelantando la maduración mejoramos la calidad de la materia prima con mayores contenidos de azúcar en el inicio de la zafra, momento en el cual tenemos carencia de azúcar en el cultivo” Comentó la ingeniera.
Los maduradores son productos químicos, en su mayoría herbicidas del grupo de los reguladores de crecimiento, que inhiben la elongación de los tallos sin afectar la fotosíntesis. Los graminicidas o fluazifop son los más utilizados en Tucumán. El glifosato es también muy utilizado, pero se recomienda aplicarlo en cañaverales que van a ser descepados y renovados.
“El objetivo es comenzar la cosecha más temprano con valores de rendimiento que sean rentables y buen contenido de azúcar. Se debe aplicar el producto en lotes donde se desee cosechar temprano debido a que la maduración se usa para adelantar el mayor contenido de azúcar en la caña, por lo tanto, hay que tener la seguridad de que se podrá cosechar dicho lote temprano. Además deben ser lotes que estén en buenas condiciones para ser tratados, que no hayan sufrido ningún tipo de estrés, que no tengan enfermedades y que se encuentren en un nivel productivo óptimo” agregó la especialista.
Luego de la aplicación, podemos tener resultados a partir de las 5 o 6 semanas hasta la novena semana. Este es el período recomendable para cosechar. Pasado este período se produce una pudrición en la zona apical de los tallos, se forma un anillo necrótico que impide que la planta siga creciendo y dicho anillo, si dejamos pasar mucho tiempo de la maduración, comienza a descender por el tallo y a producir una pudrición.
“Con respecto a la fecha de aplicación, en nuestra región las mayores respuestas al madurativo corresponden a los tratamientos efectuados a fines de marzo y primera semana de abril. Posteriormente, las aplicaciones de mediados a fines de abril. Y por último, las aplicaciones en mayo, normalmente no adquieren relevancia ya que la caña llega a su maduración natural y no se justifica el gasto”, indicó la entrevistada.
Además agregó “Para la aplicación las condiciones climáticas deben ser óptimas como para cualquier otro producto. Viento en calma, humedad y temperaturas adecuadas. En este momento nos estamos preparando para la aplicación, esperamos tener días con buen tiempo, con amplitud térmica, soleados y que en horas de la noche descienda un poco la temperatura ya que estas son las condiciones ideales para la maduración de la caña, de esa manera se verían mejores resultados”.
Para concluir y a modo de recomendación sugirió que se debe planificar toda la práctica ya que a veces resulta en vano hacerla en ciertos lotes o en momentos no oportunos, se debe realizar la aplicación de manera coordinada, que las aplicaciones sean de buena calidad y las dosificaciones sean las correctas.