La sequía del verano dejó muchas enseñanzas

Autor
Gustavo Frías Silva
FUENTE: LA GACETA /REPORTE RURAL.   El productor tucumano, sobre todo el de granos, no olvidará fácilmente los resultados logrados durante la campaña que está terminando, en la que todavía quedan muchos lotes de maíz por trillar.  El reciente período de sequía que se dio durante el verano que pasó, ha sido el peor de los últimos 20 años, con largos períodos de falta de agua, situación agravada por las altas temperaturas durante todo el ciclo de los cultivos de granos.
Si miramos un poco lo que pasó en los últimos años, podemos ver que hemos tenido períodos complicados, como en 2003-2004, cuando los rendimientos se deprimieron entre un 30% y un 40%; pero esta campaña, que está ya finalizada, se ha caracterizado por una sequía prolongada en el tiempo y sin ningún margen como para que se reconstituyera el elemento agua en los perfiles de los suelos tucumanos destinados al cultivo de granos, un elemento que es la clave para alcanzar el éxito productivo.Esta insuficiente o nula acumulación de agua, por parte de los suelos, hizo que los resultados obtenidos en esta trilla sean en su mayoría de quebranto.  Lo real es que la falta de lluvias durante el final del período primaveral y el período estival completo, complicó a los cultivos de grano, a los cañaverales y a las pasturas, de diferente manera y de acuerdo a las pocas lluvias que pudieron recibir, y al tipo de manejo de cultivo que pudo haber realizado el productor. Salvo algunas excepciones que se dieron en cultivos de soja, poroto y maíz en el pedemonte y en determinadas áreas de la región, como Rosario de la Frontera, Metán y norte de la provincia de Salta, las pérdidas en los cultivos de granos fueron muy grandes, estimándose valores que holgadamente sobrepasaron el 50%. Mientras que en caña hubo plantaciones y renovaciones nuevas que directamente se perdieron.
Sólo basta haber recorrido las diferentes rutas tucumanas y de la región del NOA para tener certeza de que la falta de agua fue notoria y las pérdidas reales. Es tan importante el daño que causó la seca, que no solo produjo una drástica disminución de los rendimientos, sino que el daño también fue con la presencia de granos dañados y verdeados, lo que hizo que las acopiadoras de la región hayan extendido la tolerancia de recibo de granos en los rubros de grano dañado y semillas verdes.
Esto fue importante para el productor, pero no lo suficiente para atenuar las pérdidas, ya que lo cosechado tiene altos valores de granos dañados (según las zonas y el cultivar, entre otros elementos, fluctúa entre 25% y 70%).Manejo y otros factores
En lo referente al manejo de los cultivos y las rotaciones, tuvieron mucha importancia ya que, según el cultivo antecesor que hubo en el lote, el comportamiento del cultivo sembrado este año se desempeñó de diferente manera frente a la falta de precipitaciones.

Las situaciones fueron diferentes si el cultivo fue sembrado en un lote proveniente de maíz, de trigo, de garbanzo o de un barbecho limpio o sucio, ya que cada uno de estos manejos incidió en el resultado final del contenido de agua que pudo tener el suelo al sembrarse el cultivo de verano. Todo esto pone de manifiesto, una vez más, la importancia que tiene el manejo del recurso agua.

Como sabemos la semilla es un elemento vivo que respira y que, al hidratarse, inicia los procesos metabólicos que ocasionan gasto de energía y pérdida de peso y calidad. Cuando hay sequía, entran en juego el buen manejo y las estrategias del productor respecto del uso eficiente del agua, buenos barbechos, rotación de gramíneas, buenas semillas y variedades adecuadas, y un correcto manejo de las plagas, antes y durante todo el ciclo de cultivo.

La pregunta es qué hacer cuando suceden fenómenos meteorológicos tales, que afecten el sistema productivo utilizado en una determinada zona.

En el ámbito productivo, existen productores que se guían por lo que pasó al año anterior. Pero lo que recomiendan hacer, técnicamente, instituciones como la Eeaoc (Estación Experimental Obispo Colombres) de Tucumán y el INTA, es que se deben tener en cuenta todos los factores en función de los últimos 10 años o más, para lograr una estrategia acorde al ambiente productivo que nos toque manejar. De los años malos se pueden sacar enseñanzas y datos importantes.

Los productores tucumanos están, en general, a la vanguardia de la tecnología, por lo que el año que viene, quizás, no padezcamos sequía, pero es importante mantenerse actualizados y estar preparados para contingencias como las que tuvimos durante el verano que pasó.

La actualización y la capacitación, acompañadas de una correcta asistencia técnica de instituciones y profesionales capacitados, ayuda, por lo menos, a tener mejores herramientas para afrontar fenómenos climáticos como los sucedidos en nuestra provincia

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