(Fuente: www.portalcania.com.ar) Luego del duro comunicado firmado por la entidad que preside, Sergio Fara de la Unión Cañeros Independientes de Tucumán explicó a Portal Caña cuales son los principales reclamos del sector. Pidiò además la urgente reapertura de la mesa Sucroalcoholera.
“Las petroleras están confundiendo a la sociedad, de ninguna manera influyen los precios del etanol en el precio de las naftas. Subieron todos los combustibles, menos el alcohol producido por la caña de azúcar o el maíz. Las nafta suben y el etanol disminuye, aun así siguen los aumentos en los combustibles”, señaló el dirigente azucarero a Portal Caña.
En este sentido dejo entrever que no hay políticas que acompañen al sector y que actualmente existe una confabulación contra la producción de este combustible renovable. “Se está trabajando en contra de las economías regionales y del medio ambiente. Nos preocupa el precio del etanos porque somos participes de este sector”, precisó el productor cañero.
“Estamos reclamando y haciendo gestiones a nivel nacional como a nivel local para que haya un aumento en los precios del etanol, está muy quedado y fuera de la realidad. Pedimos que la mesa sucroalcoholera vuelva a funcionar, porque es un ámbito importante de discusión donde está reasentados todos los sectores, desde funcionarios hasta productores e industriales, es sumamente importante”, apuntó Fara.
A su vez dijo que el sector reclama a los industriales que “todos los cañeros sean participados en el alcohol y se produzca el etanol para cumplir con los cupos; que el mercado interno sea bien establecido; que no haya faltante y lo que haya que exportar se exporte y se sostenga el precio del mercado interno, que sea acorde a los costos de producción, aunque sea con una ganancia mínima”, expresó.
UCIT junto a los cañeros del Sur y del Este enviaron un comunicado expresando su descontento por los precios del etanol y se declararon en crisis por los fuertes aumento del gasoil y los impuestos.
“La producción de caña de azúcar para bioetanol, una energía renovable, que se corta al 12 por ciento en las naftas, ve con estupor cómo se engaña a la población echándole al bioetanol la responsabilidad del aumento de las naftas. El último aumento del etanol fue del 3,5 por ciento, que sólo impacta en un 0,4 por ciento en las naftas, pero se mencionan aumentos del orden del 11 al 18, lo cual es totalmente falso”. Vale recordar que, desde octubre del año pasado, el gobierno liberó el precio de los combustibles y son las propias petroleras las que definen los aumentos del valor en surtidor.
Los cañeros advierten además que “mientras los precios de las naftas subieron un 33 por ciento desde octubre, el precio del bioetanol bajó un 4,2 por ciento en el mismo periodo. En este mismo sentido, entre noviembre 2017 y abril de 2018 la nafta Premium en Estados Unidos aumentó un 2 por ciento en dólares, y en Argentina aumentó un 17 por ciento también medida en dólares”.
Las entidades que agrupan a los productos tucumanos se preguntan, “¿quiénes pierden?” con esta política de precios. Y responden: los productores, pero también los consumidores y la economía regional. “Mientras que entre noviembre 2017 y abril de 2018 el bioetanol de caña aumentó un 5,1 por ciento en dólares en Brasil, en Argentina bajó un 16 por ciento en dólares”, apuntan como referencia.
“Los petroleros no pueden aducir que es por la suba del pecio internacional, porque afecta a todos por igual”, dada la diferencia de evolución de precios en Brasil y en Argentina. “Tampoco pueden aducir que es por la devaluación, porque las comparaciones están en dólares”, agregan. “Entonces, la culpa es de los productores de caña de azúcar para bioetanol”, ironiza el comunicado, recordando que sus pecios “fueron fuertemente reducidos por decisiones del Ministerio de Energía”.
“¿Quién pierde con la quiebra de los productores de la caña de azúcar?”, preguntan de inmediato, respondiendo que son “Todos: el NOA, el país y el medio ambiente”. “El precio fijado por el Ministerio de Energía para el bioetanol de caña implica una transferencia anual de 2.100 millones de pesos a las petroleras, sin que los consumidores se beneficien en absoluto. Todo lo contrario”.