(Fuente: Suena a Campo) En el día de ayer murió uno de los técnicos que más aportó para que Tucumán sea uno de los principales productores y exportadores de limones del mundo.
Foguet, inició su carrera profesional en el año 1957, como técnico de la Sección Fruticultura y recorrió todos los escalones de la Carrera de Técnicos e Investigadores de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), llegando a convertirse en Director Técnico de esta institución y recibiendo finalmente la designación de Investigador Emérito.
Historia de la primera exportación de cítricos
Durante 1961, José Luis Foguet desde la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Columbres, junto con Enrique Stein, profesor de la Cátedra de Fruticultura de la Facultad de Agronomía de la UNT, tuvieron la gran idea de enviar una pequeña muestra de naranjas a Europa. Los frutos embarcados provenían de la entonces colección de plantas cítricas que tenía la EEAOC, entre ellas las naranjas Hamlin de alrededor de 25 años de edad, implantadas por el ingeniero Shultz.
En julio de aquel año se cosecharon las frutas y se procesaron en un empaque de Finca Guillermina, propiedad de la sucesión de Don Alfredo Guzmán. Una muestra de 40 cajas fue enviada a Alemania, donde llegaron en perfectas condiciones luego de un largo viaje. Tiempo después, comenzaron a llegar los pedidos de miles de cajones que no se pudieron cumplir porque Tucumán no disponía de ese volumen de fruta demandado por los mercados. Esa pequeña exportación puso en evidencia que enviar frutas al exterior era factible y que llegaría en buenas condiciones, con una calidad por ese entonces muy competitiva con lo que había en el mercado mundial.
A partir de esta primera experiencia fue casi una obsesión para José Luis Foguet la instalación de un packing en el predio de la EEAOC, para efectuar ensayos de exportación de fruta cítrica.
El 17 de noviembre de 1970 se concretó la inauguración del empaque en El Colmenar. En 1969 ya había fallecido el ingeniero Stein y se paralizaron los proyectos que se habían generado sobre la exportación. Por suerte, la esposa de Stein, Soledad Ardiles, tomó la posta de su marido y con su cuñado, Roberto Stein, que era exportador, se firmó un convenio con Foguet desde la EEAOC para realizar la primera exportación de limones. La marca que se eligió fue Citrustein.
A partir de 1968 Tucumán contaba con una producción creciente de limones cercana a las 150.000 toneladas. Si bien funcionaban las fábricas SA San Miguel, Vicente Trapani y Citromax, ya se vislumbraba un exceso de producción para los años venideros y la exportación parecía la salida adecuada.
La exportación de limones comenzó en junio de 1971 (hace 35 años) y fue la primera vez que en el NOA se preparó fruta con todo el proceso completo. Según datos de la “Memoria del año 1971 de la EEAOC”, el promedio general de rendimiento en packing fue de 58% de fruta de exportación de grado elegido. La exportación finalizó el 28 de septiembre, con este recuento: se enviaron 13.825 cajas de limones de las variedades Génova y Eureka Nuclear; 1.436 cajas de pomelos Marsh Sedles; y otras menos significativas de naranjas de estación como Jaffa, Ruby y Westin, pertenecientes a la colección de la EEAOC.
En los últimos tramos de la exportación, Salvador Campo, técnico de la Sección Fruticultura (actual gerente de empaque de SA San Miguel), tuvo la oportunidad de viajar a Europa y observar la fruta en el mercado de Rungis (Paris), intercambiar opiniones con los importadores y comparar nuestra fruta con la de otras procedencias. En su informe sobre ese viaje, Campos concluyó que no había diferencias de calidad con las de origen americana o española, siendo superior a las de otras regiones del mundo.
Esta primera experiencia exportadora fue positiva y los involucrados concluyeron que, a pesar de las limitaciones que había en ese momento, tenían que seguir adelante con el proyecto y mantener una importante voluntad exportadora. Entendían que por allí pasaría el futuro de la actividad citrícola tucumana, sobre todo para buscar una salida a la complementación de la industria.
Hoy, a 35 años del primer envío de limones al exterior, se pasó de una producción de 150.000 toneladas (1970) a más de 1,4 millones estimados para la actual campaña, y de haber exportado el primer año 13.825 cajones con limones (en 1971), a más de 350.000 tn durante 2005. Este es el corolario de una visión casi utópica de un grupo de técnicos y de productores citrícolas que apostaron por una actividad grande, en una región que podía dar mucho más de lo que estaba dando.
La realidad actual seguramente superó con creces lo que alguna vez pensaron y proyectaron Foguet y Stein, sobre el destino que tendría la exportación de fruta fresca desde Tucumán al mundo. Es preciso entonces rendirles homenaje a estos hombres nobles y visionarios, pero sobre todo de bien, y a todos aquellos que desde siempre apostaron por una actividad limonera tucumana con plena inserción en el mercado internacional.