En Tucumán, la superficie sembrada creció de las 250 hectáreas en 2004 a las 19.000 hectáreas en 2011. Los perfiles de humedad de los suelos en la provincia son los propicios para la siembra. Un cultivo que se expande a nivel mundial.
En la Argentina, el garbanzo (Cicer arietinum L.) representa una alternativa válida no sólo para las zonas de regadío sino también para las otras regiones del noroeste argentino (NOA), que poseen dentro del país las mejores condiciones agroecológicas para la producción de esta legumbre invernal, aseguró Oscar Vizgarra, fitomejorador de legumbres secas de la Sección Granos de la Eeaoc.
El garbanzo es dentro de las legumbres invernales la más cultivada a nivel mundial. La superficie sembrada anualmente en el mundo ronda los 10 millones de hectáreas (ha), registrándose una gran variabilidad en la superficie cosechada y en los rendimientos por hectárea, debido a la ocurrencia de sequías durante el ciclo del cultivo.
(Fuente: La Gaceta/Sección Rural)La producción mundial es de unos 8 millones de toneladas, pero con grandes altibajos en el tiempo.
El período de siembra recomendado abarca desde mediados de abril, con aquellos materiales de ciclo más largo, y se prolonga hasta mediados de junio (principalmente en aquellos lugares donde se dispone de riego), sembrándose materiales de ciclo más cortos.
“Para la siembra se recomienda partir con semilla de buena calidad y variedades identificadas para evitar problemas fitosanitarios. Al momento de la siembra es fundamental el uso de cura-semillas de alta calidad, y también inoculantes con cepas específicas adaptadas para este cultivo”, resaltó el especialista.
Con respecto a la calidad e identificación de las variedades, es importante destacar que existen enfermedades como la rabia del garbanzo, que fue identificada en otras provincias, no así en Tucumán, por lo que es importante conocer el origen de la semilla ya que a través de ellas se transmite este patógeno.
“Argentina debe posicionarse como un gran exportador de garbanzo, no sólo en tipos “kabuli” sino también en los “desi”, este último de grano pequeño y de alto rendimiento, que tiene un alto consumo en países como la India”, precisó Vizgarra.
“Se estima que la Argentina está capacitada para comercializar en un futuro unas 250.000 t (tipo kabuli y desi). Pero para que esto ocurra es determinante la seriedad en la producción en cuanto a la calidad y a la continuidad a través de los años. De esta manera, y ante la gran necesidad de consumo de la legumbre, nuestro país tiene la posibilidad de posicionarse como gran exportador junto con países como Australia, Canadá y México”, concluyó el técnico.