La soja más afectada por estrés es la sembrada temprano

(Fuente EEAOC, Publicado en la Gaceta) En algunos casos los daños serán de magnitud y afectarán los rendimientos, ya que el cultivo se encuentra, hoy, en períodos reproductivos, que son sus etapas críticas

“La campaña actual de granos (2016/17) viene afrontando situaciones ambientales adversas durante los últimos meses, con períodos de estrés hídrico y térmico severos. Esto acontece desde diciembre, habiéndose agudizado durante el mes de enero y el inicio de febrero”. Así lo informaron los técnicos de la Sección Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

“Estos problemas ambientales repercutieron en los diferentes cultivos de granos de manera generalizada, y especialmente en el caso de la soja, ocasionando daños en el cultivo. Los mismos tuvieron diferente intensidad en función de los factores particulares de cada situación”, detallaron los ingenieros Fernando Ledesma y José Sánchez, investigadores del Proyecto Soja de la Estación Experimental.

Según especificaron los profesionales, los lotes más afectados fueron aquellos donde la soja fue sembrada en fechas tempranas, con cultivares de ciclo corto.

“En algunos de estos casos los daños serán de magnitud y afectarán los rendimientos, ya que el cultivo se encuentra hoy en períodos reproductivos, que son sus etapas críticas”, señalaron. “Incluso, hay lotes que por falta de precipitaciones no pudieron ser sembrados con soja ni maíz, y quizás sean destinados a poroto”.

“Las restantes fechas de siembras y cultivares de grupos de madurez más largos, también sufrieron el efecto ambiental, pero incidiendo en su estructura fundamentalmente, generando plantas de menor porte que no logran cerrar el espacio entre líneas de siembra. En estos entresurcos descubiertos están apareciendo malezas, que posiblemente no incidan demasiado en el rendimiento, pero que pueden repercutir de manera indirecta, incrementando el banco de semillas y dificultando la trilla”, especificaron los técnicos.

Por otra parte, en algunas localidades, y especialmente en los ambientes del sur de la provincia de Tucumán y los que se encuentran en el sudeste catamarqueño, se realizaron siembras tardías (principio de enero) en un importante porcentaje de su superficie, debido a la demora en las precipitaciones en momentos óptimos. “Esta situación de retraso normalmente ocasiona menores rindes, porque al acotar el período vegetativo se desarrollan plantas con insuficiente estructura para lograr los mejores rindes, a lo que debe sumarse que también sufrieron los períodos de estrés antes mencionados”, comentaron los especialistas.

Los ingenieros advierten que “todos estos casos se pueden agravar en lotes que no tuvieron como antecesor una gramínea, o en suelos con baja fertilidad, o en aquellos donde el control de malezas no fue el adecuado”. “Sobre este último punto, por las dificultades en su manejo, se ha incrementado la presencia de malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas. Las mismas compiten por el agua, los nutrientes y la luz; lo que también ocasiona reducciones en el rendimiento”, especifican.

En relación a plagas y enfermedades, señalan que “por el momento no se registraron problemas importantes con estos factores reductores del rendimiento, pero su influencia dependerá de las condiciones ambientales”.

Respecto a la evolución que tendrá el cultivo, los rendimientos finales dependerán de diversos factores a partir de ahora. “En las localidades más afectadas por el déficit hídrico, solo hay que esperar que se regularicen las lluvias, de manera que permitan mejorar el desarrollo del cultivo, especialmente en los estadíos más críticos, los cuales ya se iniciaron y se prolongarán en los próximos meses. Pero será clave el manejo sanitario en lo que resta del ciclo del cultivo, ya que son las etapas que definen el rendimiento final”, subrayaron.

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