(Fuente: La Gaceta: POR GUSTAVO FRÍAS SILVA) Las plantaciones de soja, maíz y sorgo en la provincia de Tucumán están ya terminadas y con variaciones en las superficies sembradas con algunos cambios con respeto a la campaña pasada, y a la vez continúa como puede la siembra de poroto, a medida que el agua aparezca y se pueda continuar con esta labor. Hoy, los cultivos en la región están sintiendo los efectos de la heterogeneidad e irregular distribución espacial de las lluvias en diversas zonas de la provincia, que en esta edición de LA GACETA Rural es abordada con profundidad por los técnicos de la Eeaoc y por asesores privados, donde se informa sobre las dificultadas que se venían dando en los cultivos y sus labores a raíz del comportamiento climático.
Lo cierto es que los cultivos de granos en Tucumán están casi todos sembrados, faltando que se termine de sembrar el poroto que el productor pueda estar dispuesto a hacerlo, sobre todo cuando hay algunos lotes que sufrieron mucho la falta de agua, por lo que a la fecha en la que nos encontramos los lotes que pudieran estar perdidos serían sembrados con esa legumbre.
Para saber fehacientemente cuál es la superficie real sembrada con granos es necesario esperar los resultados de los relevamientos satelitales que realiza, año tras año, la Eeaoc sobre el área sojera y sus zonas de influencia en las vecinas provincias.
Sin duda que la tendencia que ya se dio la campaña pasada con el cambio de gobierno continuaría, pero sobre todo es importante destacar que el productor de granos va entendiendo la importancia de rotar los cultivos como corresponde y no dejarse llevar por los resultados económicos a corto plazo.
Por ello, todavía se estima que las superficies de maíz y sorgo aumentaron en Tucumán en detrimento de la soja, a la que se suman las buenas perspectivas en caña de azúcar, siempre y cuando la tendencia de los precios siga en alta y que no se complique la negociación con Brasil por el Mercosur.
En gramíneas anuales estivales hay que tomarlo como una buena nueva, ya que el monocultivo de la soja vino dejando en el camino algunos inconvenientes que se deben solucionar rápidamente.
La soja de la región está siendo sometida, año tras año, si no se cuenta con la rotación adecuada, a los avatares de la roya, la mancha ojo de rana, los picudos sternenchus y promecops que están complicando en más o en menos el sistema productivo de la soja. Pero lo que realmente preocupa hoy es la aparición muy fuerte del picudo negro de la vaina (Rhyssomatus subtilis) que está siendo considerado como la plaga de la soja en el NOA, que afecta al cultivo durante todo su ciclo de desarrollo. Por suerte, la Eeaoc está realizando un seguimiento exhaustivo de esta plaga, para que el productor se encuentre informado y pueda proceder como corresponda en el seguimiento y control de esta plaga.
Es por ello que se debe realizar un monitoreo adecuado, además del seguimiento realizado por la Eeaoc, tanto en estado vegetativo como reproductivo, esto una vez que está implantado el cultivo. Pero los productores deben tener la certeza, y todos los técnicos e instituciones de investigación así lo recomiendan, que es realizar adecuadamente las rotaciones de cultivo. Una vez determinada la presencia importante de esta plaga, se deben tomar diferentes medidas para evitar su diseminación y lograr un efectivo control, por lo que la Eeaoc aconseja desarrollar estrategias de manejos y estrategias químicas para poder controlarlo con eficiencia.
Los insecticidas que evaluaron en la institución lograron buenos niveles de eficacia, a lo que se le suma una herramienta muy importante a usar que son los curasemillas, para el momento en el cual no se pueden aplicar los insecticidas en forma foliar.
En lo que se refiere a estrategias culturales, no hay dudas al respeto de que la rotación con gramíneas constituye la única alternativa para lograr bajar la población de un lote ya infestado, sobre todo por el tipo de ciclo biológico que tiene esta plaga. Los productores deben tener presente que deben cumplir las estrategias de manejo recomendadas, como los monitoreos, las rotaciones de cultivos, el uso de franjas-trampas con el empleo adecuado de insecticidas, y que también tengan en cuenta las medidas preventivas para evitar su traslado y dispersión.
Es extremadamente necesario que cada productor tome conciencia al respeto, y que trabaje apoyado en técnicos e instituciones de investigación y que continúe en lo que se viene logrando, de que el porcentaje de rotación sea cada vez mayor en el corto tiempo.
Un esquema de rotación planteado por zonas de producción, de manera de integrar esta práctica entre todos los vecinos, sirve para zonas ya complicadas y para que no afectemos zonas donde todavía no está presente este peligroso insecto.
Es cierto que la preocupación actual pasa por la irregularidad de las lluvias, que ayer aparecieron con mejores resultados.
Pero los beneficios de la rotación técnicamente adecuada están a la vista y los ejemplos sobran en toda la provincia.