(Fuente: La Gaceta) Emilio Satorre expuso sobre la “Agricultura del futuro” y planteó la problemática del deterioro y la contaminación.
Uno de los aspectos que debemos ver para adelante es qué nos espera de nuestra agricultura y en qué debemos trabajar para ser más eficientes produciendo mejores alimentos, afirmó Emilio Satorre en su charla sobre la “Agricultura del futuro: Contexto y reflexiones sobre las transformaciones y los cambios de nuestra agricultura extensiva”.
La agricultura es proveedora de alimentos y fibras, pero también de energía (biomasa, biocombustibles).
La población mundial continuará creciendo hasta alcanzar un umbral superior a los 9.000 millones de habitantes, con un aumento del consumo, pero fundamentalmente con un cambio en la dieta.
Por desgracia, la superficie arable disponible y los recursos productivos como agua y nutrientes son escasos, lo que limitan y orientan los desarrollos agrícolas.
La presión sobre el ambiente es cada vez mayor; la agricultura -por su extensión- debe orientarse a reducir deterioro y contaminación.
El incremento en la demanda de alimentos en cantidad y calidad nos hace que usemos nuestra cabeza buscando soluciones que se orienten a través de incorporar nuevas tierras, algo cada vez más escaso y difícil, o aumentar los rendimientos de los cultivos por unidad de superficie.
Proyección
El mundo puede hoy alimentar a 9.000 millones (esperado al 2050) de vegetarianos.
Se puede reducir la generación de desperdicios de alimentos.
Se podrán consumir alimentos sintéticos.
Sin embargo, la demanda sobre la producción Argentina de alimentos será independiente del crecimiento mundial.
El desembarco de la cultura urbana en la ruralidad seguirá avanzando lo que complica las cosas.
Las opciones tecnológicas son muchas, pero son escasas las evidencias claras -basadas en información- sobre el potencial que puedan aportar las alternativas tecnológicas a estos temas.
Hoy se debate sobre el papel de la genética o del manejo (sistemas de producción) en la productividad y sostenibilidad de la agricultura.
Lo real es que se observa en el mundo que la tasa de cambio de rendimiento de soja en distintas regiones actualmente productivas de este cultivo en el mundo es variable, desde disminuciones a aumentos importantes.
Hay regiones donde, desde 1965, el rendimiento de soja nunca creció (Texas, EEUU) o creció y se estancó (Minnesota, EEUU), que siempre decreció (República del Congo) o, siempre aumentó como en varias regiones de Argentina. Lo cierto es que las tendencias actuales muestran comportamientos diversos. La mejora de rendimiento de los cultivos no alcanzaría los niveles de productividad necesarios para satisfacer la demanda de la población, afirman algunos estudiosos, por lo que la ciencia debería hacer grandes esfuerzos sobre procesos críticos de la productividad para aumentar el rinde de los cultivos.
Ya hay evidencias en varias regiones del planeta que la productividad de los cultivos está cayendo, aunque en otros estaría creciendo, como antes mencionamos. Por eso, los que estamos en el campo debemos agudizar nuestro ingenio para el mañana.
Por ello, lo importante del futuro no es adivinarlo, sino hacerlo.
Fuente: www.lagaceta.com.ar