Cae la siembra directa en la Argentina

(Fuente Agronoa) La presentación del nuevo “Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada” (ReTAA) de la Bolsa de Cereales porteña confirmó una baja sostenida de la siembra directa y de la aplicación de alta tecnología a nivel nacional en diferentes cultivos.

En el acto, el presidente de la entidad, Ricardo Valderrama, señaló que “la línea de investigación del ReTAA es un compromiso que lleva adelante la Bolsa de Cereales desde hace más de 5 años”.

Explicó que el estudio “caracteriza al sector productivo en base a 6 cultivos, 17 regiones agrícolas, 3 niveles de tecnología y más de 60 variables en cada uno de ellos, con una salida de más de 25 mil datos potenciales”.

La tendencia declinante en la adopción de alta tecnología también se manifestó en el descenso de la aplicación de algunos insumos o la menor utilización de siembra directa.

Respecto de la siembra directa, luego de analizar los datos de la campaña 2014-2015, tendencia que siguió en el ciclo que todavía no finaliza 2015-2016, la “siembra directa tuvo una caída ininterrumpida sobre el total del área agrícola”.

Una explicación es que la aparición de malezas resistentes a herbicidas como el glifosato llevaron a la necesidad de roturar la tierra cultivable, práctica que se había dejado de lado por la siembra directa, quirúrgica, para implantar la semilla sobre el suelo sin removerlo.

Esteban Copati, jefe del Departamento de Economía de la Bolsa de Cereales, explicó a NA que aún cuando el sector de Estimaciones Agrícolas en este ReTAA “analizó los resultados de la campaña 2014-2015, la tendencia declinante continuó en la actual 2015-2016, se espera que cambie en la que ya comenzó ahora 2016-2017, con la siembra de los granos finos, porque el escenario económico es más favorable”.

Lo cierto es que la práctica de la siembra directa “continuó bajando” durante los últimos años y cayó en tres campañas de un 94% a un 90% en el ciclo 2014-2015, considerados los seis cultivos principales de grano de la Argentina.

Esto fue causado en su mayoría por la problemática con malezas y en menor medida por excesos hídricos asociados a consecuencias en lotes agrícolas.

Durante las exposición de los técnicos que efectuaron el estudio, se destacó el rol del cultivo de girasol que durante el último período fue el único que aumentó el uso de alta tecnología, se verificó una mayor cantidad de fertilizante aplicado y más superficie fertilizadas, con resultados en el rendimiento cosechado a nivel nacional.

Respecto del sorgo en el período analizado, se posicionó negativamente con la mayor adopción de baja tecnología, un 69% a nivel país y en donde se invirtió la relación con productores de media tecnología, y pasó a ser una porción minoritaria.

En el cultivo de cebada se vio la mayor caída en el uso de tecnología respecto del resto de los cultivos y esto se mostró con las menores dosis de fertilización, tanto nitrogenada como fosforada.

Las densidades de siembra promedio en la Argentina de maíz temprano y tardío, éste último tuvo una mayor proporción quizá por una estrategia de adaptación técnica regional y también por minimización de costos.

Al resumir las exposiciones, Copati destacó que a pesar de la utilización de maíces resistentes a insectos, se evidenció el mayor uso de insecticidas en el cultivo.

Por último, la utilización de herbicidas de otro tipo respecto de la mayor concentración de glifosato demuestra el ingente esfuerzo para combatir las malezas resistentes a los insumos que se evidencia en todo el país.

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