(Fuente: redaccion@surtidores.com.ar) La petrolera estatal, que concentra poco menos del 60 por ciento de los despachos de combustibles en nuestro país, no está dispuesta a dejar de producir Éter Metil Terbutílico, un antioxidante que en el mundo se está reemplazando por etanol procesado a partir de caña de azúcar y maíz.
Los especialistas pronostican un próximo aumento del corte obligatorio
En promedio las refinerías están utilizando un 8 por ciento de bioetanol para incorporar en corte con las naftas, a pesar de que en la actualidad la capacidad de producción – más de 900.000 metros cúbicos – permite llevar la proporción al 12 por ciento. Por su peso e importancia en la plaza, YPF es quién frena el crecimiento de la demanda, utilizando en sus variedades apenas un 7 por ciento.
Claudio Molina, Director Ejecutivo y Socio Fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, explica que esto se debe a que la compañía posee una planta de producción de Éter Metil Terbutílico (MTBE), insumo utilizado en el proceso que no quiere reemplazar totalmente por bioetanol, tanto en corte directo como intermediario. Se trata de un negocio que no quiere perder.
¿Qué argumentos sostienen en la empresa estatal para evitar el biocombustible? Sus técnicos aducen que hacen falta ensayos y pruebas para corroborar que aplicando más volumen de bioetanol en las naftas no se producen daños en los motores de los vehículos.
Molina opinó al respecto: “se trata de una chicana, porque como sabemos, muchos de los autos que circulan en Argentina son hechos en Brasil, donde el corte es del 25 por ciento y llegará al 27,5 muy pronto”. Plantea que en el vecino país se utilizan las mismas tecnologías, por lo que podrían imitarse las especificaciones técnicas.
No obstante esta controversia, Molina reconoce que “la normativa vigente sólo exige una participación mínima de bioetanol del 5 por ciento que puede distribuirse de manera dispar en las provincias”.
Desde el punto de vista legal el ejecutivo aclara que las petroleras no están obligadas a combinar sus productos con combustible vegetal en todo el territorio. Si bien sólo deben respetar la composición al 5 por ciento, Molina afirma que la tendencia indica que usar E10 podría ser una opción de conveniencia para reducir la importación de naftas, además de un estímulo a la producción nacional.
“El Gobierno ha anticipado hace mucho tiempo su decisión de elevar la participación de bioetanol con las naftas al 10 por ciento pero en la práctica viene chocando contra las decisiones de YPF”, señala.
Los funcionarios públicos del área consideran que el proyecto de expansión está condicionado a la rúbrica de varios acuerdos entre el Gobierno, las petroleras y las automotrices.
Por su parte, conforme a los índices de crecimiento que registra la actividad, Molina analiza que “en pocos años la Argentina estará en condiciones de abastecer un programa de corte del 20 por ciento“.