(Fuente: La Gaceta/Rural) Un esquema de rotación planteado por zonas de producción, de manera de integrar esta práctica -entre todos los vecinos-, sirve para zonas ya complicadas y para no afectar zonas donde no está presente este peligroso insecto. Los resultados de la rotación están a la vista y los ejemplos sobran en toda la provincia. Cada productor debe tomar conciencia y trabajar apoyado en técnicos e instituciones de investigación.
Las plantaciones de soja, maíz y sorgo en Tucumán siguen siendo sembradas con cierto atraso, dado que las lluvias irregulares que se vienen dando condicionan al productor, al momento de decidir el comienzo de la siembra de un determinado lote.
Lo real es que las lluvias se vienen dando, con lo que generan ciertas esperanzas de que este año mejorará, con respeto a las dos campañas anteriores que fueron nefastas para el productor de granos de la provincia. Los especialistas estiman que las superficies a ser sembradas, definitivamente, superarán a las campañas pasadas en las que hubo productores que ni siquiera llegaron a sembrar por la falta de lluvias. Se estima que este año las siembras de soja aumentarán su superficie, pudiendo llegar a casi 200.000 hectáreas, y que también se aumentarán, en un buen porcentaje las siembras de maíz y sorgo, pudiendo estas rondar más de 65.000 ha sembradas. Mientras que aquellos productores que no lleguen a fechas óptimas para la siembra de soja, porque las lluvias todavía no fueron suficientes, seguramente se largarán a sembrar porotos alubia y negro, pero no variaría la tendencia del crecimiento de las gramíneas estivales sobre la soja.
Debemos esperar los resultados de los relevamientos foto satelitales que realiza, año tras año, la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC) sobre el área sojera y sus zonas de influencia en las vecinas provincias. Es importante destacar que el productor de granos va entendiendo la importancia de rotar los cultivos, como técnicamente corresponde, y no dejarse llevar por los resultados económicos a corto plazo, sobre todo después de más de dos años muy complicados por las sequías, en las que los mejores resultados se dieron sobre suelos correctamente rotados.
Como dijimos más arriba, este año las superficies de maíz y sorgo aumentaron en la provincia en detrimento de la soja, y seguramente de algunos lotes de caña de azúcar plantada en zonas no aptas y que se perdieron o su rendimiento cultural fue muy bajo, siendo no conveniente seguir con ese cultivo en esas zonas. En estos momentos, el clima que se viene dando con lluvias todavía escasas en algunas zonas, y con altas temperaturas, hacen que el cultivo pueda quedar susceptible al ingreso de plagas.
Los enemigos de la soja
La soja de la región estuvo sometida, año tras año -si no se cuenta con la rotación adecuada-, a los avatares de la “roya” en años lluviosos, la “mancha ojo de rana”, los “picudos sternenchus y promecops”, que están complicando, en más o en menos, el sistema productivo de la soja. Pero lo que realmente preocupa, hoy, es la aparición muy fuerte del “picudo negro de la vaina” (Rhyssomatus subtilis) que es considerado como “la plaga de la soja en el NOA”, que afecta al cultivo durante todo su ciclo de desarrollo. La soja representa, para el insecto oligófago, su principal hospedero, siendo las larvas y sus adultos los principales atacantes del cultivo.
Desde la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres advierten que es importante realizar monitoreos periódicos de las fincas, tanto en estado vegetativo como reproductivo, una vez que está implantado el cultivo. Pero los productores deben tener la certeza, y todos los técnicos e instituciones de investigación lo recomiendan, de realizar adecuadamente las rotaciones de cultivo.
Una vez determinada la presencia importante de esta plaga, se deben tomar diferentes medidas para evitar su diseminación y lograr un efectivo control, por lo que desde la EEAOC aconsejan estrategias de manejos y estrategias químicas para poder controlarlo con eficiencia.
Los insecticidas que evaluaron en la institución lograron buenos niveles de eficacia, a lo que se le suma una herramienta muy importante a usar que son los curasemillas, para el momento en que no se pueden aplicar los insecticidas en forma foliar.
En lo que se refiere a estrategias culturales, la rotación con gramíneas constituye la única alternativa para lograr bajar la población de un lote ya infestado, sobre todo por el tipo de ciclo biológico que tiene esta plaga.
Los productores deben tener presente que hay que cumplir las estrategias de manejo recomendadas, como monitoreos, rotaciones de cultivos, uso de ‘franjas trampas’ con el empleo adecuado de insecticidas, y que también tengan en cuenta las medidas preventivas para evitar su traslado y dispersión. Es necesario que cada productor tome conciencia al respeto, trabaje apoyado en técnicos e instituciones de investigación, y que continúe en lo que se viene logrando: que el porcentaje de rotación sea cada vez mayor en el corto tiempo. Un esquema de rotación planteado por zonas de producción, de manera de integrar esta práctica entre todos los vecinos, sirve para zonas ya complicadas, a la vez que no afectamos zonas donde todavía no está este peligroso insecto. Los resultados de la rotación están a la vista, y los ejemplos sobran en Tucumán. Vale la pena hacer el esfuerzo y ver los frutos en no tan largo tiempo.